Todo parece indicar que hubo una discusión de pareja que derivó ayer en un final trágico. Una mujer policía murió como consecuencia de una herida de bala. Su marido (también es policía) quedó herido y fue internado en el Centro de Salud. Los familiares y amigos de la mujer están convencidos de que este hecho se trató de un femicidio.
"Para mí esto fue un acto de violencia, de injusticia y de cobardía". Con la voz entrecortada por el dolor, Carlos Acosta habló ayer con LA GACETA sobre la muerte de su hija Alejandra Acosta, de 30 años. La mujer policía vivía con su marido Edgardo Barrionuevo en el primer piso de un edificio, ubicado en Miguel Lillo al 400, en Banda del Río Salí. "El tipo le venía pegando desde tiempo atrás y ahora le disparó un tiro en la nuca", afirmó el hombre todavía acongojado por el trágico final.
"El tipo (así le llama todo el tiempo a Barrionuevo) declaró que le ha pegado un tiro, pero dijo que fue accidental. Tenía dos perfiles: demostraba una cosa y era otra. El tipo la tenía sometida", agregó Acosta.
Ayer a la tarde, el hombre esperaba afuera del edificio a que terminara el trabajo de los peritos. "Cuando mi hija estaba embarazada, el tipo le pegó en el patio de mi casa, le daba patadas. Yo le venía diciendo a mi hija que se alejara de ese tipo. Yo lo venía comparando con el turco ese que mató a la mujer en el hotel (en referencia a Pablo Amín); más o menos tiene las mismas características. Es un tipo de doble cara", remarcó.
Según trascendió, la mujer recibió un disparo de arma de fuego a la altura del cuello. Desde la calle, los vecinos observaban el movimiento de los peritos que aparecían cada tanto a través de una ventana del primer piso.
"Un ojo morado" Débora Gómez, amiga de la mujer fallecida, recordó que hubo otros episodios de violencia de parte del policía. "Vine el martes pasado y ella tenía el ojo morado. Me dijo que se había caído de la escalera, pero era mentira. Una vez le dije a él (por el policía) 'por qué tratás así a mi amiga, mirá que te va a dejar'; pero él me respondió: 'el día que se quiera ir, la voy a matar', siempre decía las mismas palabras", recordó.
La amiga insistió en que Alejandra era víctima de la violencia de su marido. "Ella no se separaba porque él la amenazaba con matarla. Hoy (por ayer) ella iba a ir a mi casa a comer por las Pascuas, pero me mandó un mensaje, que todavía lo tengo en el teléfono; me dijo que no iba porque no se hablaba con el marido", precisó.
Según fuentes extraoficiales, la pareja tuvo una discusión a la hora de la siesta. De repente se oyó un disparo de arma de fuego. Barrionuevo bajó las escaleras cargando en brazos a Alejandra. La subió a su auto y la llevó al hospital.
La investigación quedó en manos del fiscal Washington Navarro Dávila (V° Nominación).
El padre de la víctima trataba de mantener la calma. "Yo lo iba a matar, pero se adelantó y la mató a mi hija", afirmó mientras seguía el peritaje.
Alejandra era madre de dos niños: el mayor, de 10 años, de una pareja anterior, y un bebé de seis meses (producto de la relación con Barrionuevo). Ayer, al momento del hecho, sólo estaba el bebé en el departamento; mientras que el chico de 10 años estaba en Tafí Viejo.
¿Por qué tiene una herida de bala en el brazo el policía?, era uno de los interrogantes ayer en el lugar. "Se disparó él, seguro, para disimular", decían los familiares de Alejandra.