La historieta infantil argentina y el dibujo animado (en cine y en televisión) le deben un enorme reconocimiento a este español de Almería que en sus años mozos llegó a Buenos Aires para dejarnos una entrañable galería de personajes, surgidos de su sensible capacidad de observación y de un agudo sentido del humor. Desde la candidez de las aventuras de Pi-Pío (el pollito linyera que alumbró a principios de la década del 50 en las páginas de Billiken) hasta las andanzas de Hijitus (en pantalla grande o chica), Manuel García Ferré dejó la impronta de un creador prolífico y un trabajador incansable. A su talento y a su perseverancia se deben hitos gráficos como la revista "Anteojito y Antifaz", éxitos televisivos como "Hijitus" (primera serie de dibujos animados argentinos), experimentos didácticos como "El libro gordo de Petete" y fenómenos de convocatoria cinematográfica como "Manuelita", una de las películas más taquilleras del cine nacional. Murió dejando en carpeta el proyecto de un filme sobre "La gallina Turuleca"; ya lo extrañan varias generaciones de argentinos.