LA PAZ, Bolivia.- Se jugaban 38 minutos del segundo tiempo. Argentina había regulado el aire durante todo el juego y parecía que con un contragolpe o una genialidad podía terminar de cerrar el resultado a su favor. Todo eso pasó, pero cuando Lionel Messi se encontró con el arquero Sergio Galarza no supo qué hacer y terminó enviando su remate a la cintura del boliviano.

Todas las especulaciones sobre las posibilidades que tenía el crack de Barcelona para convertir el gol se esfumaron y a los hinchas argentinos les quedará la imagen de su impotencia y las cargadas de Galarza, que vivió su tarde soñada.

Nadie esperaba que solo, frente al arquero, el rosarino titubeara y se perdiera la conquista que hubiera significado la victoria. De todas maneras, nada podrá opacar el superlativo desempeño de "Lio" desde que se convirtió en el capitán de la Selección Argentina. LA GACETA