El defensor Deivis Barone acaba de convertir el segundo gol de Atlético que le daba la ventaja en el partido. El capitán celebró apretando los puños y con los ojos perdidos. La alegría le duró poco, pero la locura y la alegría con que celebró, no se las quita nadie.
Un festejo desorbitado
Barone se descargó después de anotar su gol.
CON ALMA Y VIDA. El defensor se sacó las ganas de festejar después de anotar de cabeza. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO