Se siente en deuda. A pesar que la expulsión de Gustavo Balvorín le otorgó la chance que esperaba desde hace mucho tiempo no está a pleno. Los delanteros son una raza distinta. Viven del gol y la abstinencia resta puntos en lo moral. Gonzalo Rodríguez quiere revancha cuanto antes. El parate, si bien sirve para pulir detalles, es un obstáculo para él, que de poder elegir, jugaría hoy mismo el duelo contra Talleres. "Es un partido fundamental para nuestras aspiraciones", dice el hombre que no la tiene nada fácil: debe hacer que la ausencia de "Ring...Ring" pase lo más desapercibida posible.
En Misiones, Rodríguez sacó chapa y fue ese pico de rendimiento lo que lo puso como fija ante la sanción del goleador. Pero contra San Jorge no estuvo fino, algo que él se autorecrimina. "No me sentí bien", afirma y hace una pausa lanzando un suspiro que deja en evidencia su fastidio. "No jugué un buen partido, eso lo tengo claro. Me faltó entrar más en juego y para colmo no estuve fino en los mano a mano", asegura con sinceridad, mostrando que sobra fuego sagrado.
"Gonza" no quiere perder el tiempo lamentando ese fallido juego. Prefiere gastar esa energía en ajustar su mira de cara a un partido clave. Y qué mejor que escuchar los consejos del "9" titular. "'Balvo' siempre me habla y aconseja. Tengo que aprovechar eso, porque es un jugador con mucha experiencia y con una gran calidad", dice con el respaldo que le otorga la tranquilidad de saber que, seguramente estará presente en la batalla contra la "T". "Hay que esperar", pide el pibe pero rápidamente arremete. "Motiva saber que puedo jugar desde el arranque. Pero solo pienso en mejorar y poder aportarle gol al equipo", jura el delantero oriundo de Aguilares.
San Martín tiene una serie de partidos definitorios en este Undecagonal. Pero contra Talleres, deberá sacar la chapa necesaria que necesita todo equipo que aspira a ser protagonista. Jugar de visitante, contra uno de los candidatos y en un estadio que será una olla a presión, asusta a más de uno. No a Rodríguez, que redobla la apuesta. "Vamos a ir a ganar a Córdoba, lo necesitamos si pretendemos lograr el ascenso", dice dejando paso a un sueño recurrente, que piensa cumplir en Córdoba para calmar esa aflicción que le dejó el último juego en La Ciudadela.
"Quiero marcar un gol en el estadio Kempes y que sirva para traernos los tres puntos a Tucumán. Sería algo hermoso", pide el deseo antes de despedirse.
Rodríguez no soporta la espera. Quiere salir a comerse la cancha y alimentar, en base a goles, el sueño que en Bolívar y Pellegrini es una cuestión de estado.