BUENOS AIRES.- Con la premisa de recaudar, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) se inmiscuyó en el negocio del fútbol. Primero analizó a representantes y jugadores y ahora le toca el turno a los árbitros. Esta semana, el organismo le envió una denuncia a la AFA ya que considera que la declaración jurada de Pablo Lunati no se condice con su nivel de vida.

En la mira de los hinchas desde hace tiempo, el mimado por Julio Grondona deberá explicarle al ente recaudador de dónde consiguió los fondos para comprarse un auto importado y una franquicia para vender alfajores, entre otros bienes y empresas que habría gestado en los últimos años.

El propio Lunati había justificado hace dos años sus ingresos al explicar que tiene un lavadero de autos, que ahora está a nombre de unos de sus hijos y que esto le permitió poner un café Havanna. Con todo esto deberá demostrarle a la Afip que cuenta con los fondos necesarios para poseer, entre otros, dos autos importados valuados en casi u$s 200.000. LA GACETA