Desde el miércoles 13 de marzo, Abraham Skorka no cesa de hablar de Jorge Mario Bergoglio; de la relación de respeto y afecto recíproco que los vincula; de los proyectos que concretaron, y de los que tenían en marcha y ahora dependen "de la voluntad del Dios que los unió". De la noche a la mañana, el rabino porteño tiene un amigo que, también de la noche a la mañana, se convirtió en el sucesor número 265 de San Pedro. Y en homenaje a esa amistad -y a la verdad- el ex rector del Seminario Rabínico Latinoamericano no se cansa de anunciar que Bergoglio conversa "en serio" con los hermanos de las otras religiones: "la palabra significa mucho para él, es un elemento vital dentro de su cosmovisión y religiosidad. Su papado será un punto de inflexión para el diálogo de los credos".
Skorka comenta que en los últimos tres años solía juntarse mensualmente con el ex arzobispo de Buenos Aires. De esos encuentros nació "Sobre el cielo y la tierra" (2010), obra que recoge el intercambio de ambos líderes espirituales. El rabino de la Comunidad Benei Tikvá y el primado de la Argentina luego se sumaron al dirigente evangélico Marcelo Figueroa para poner en el aire el ciclo televisivo "Biblia: diálogo vigente". "'¿Cuál es nuestro próximo proyecto?', me preguntaba Bergoglio cada vez que nos veíamos", recuerda Skorka por teléfono y mientras se abrocha el cinturón para volar a Tucumán. Y añade: "el lunes por la tarde me llamó inesperadamente desde Roma y casi disculpándose me dijo que no lo habían dejado volver (a Argentina). Luego hablamos de cómo seguir en contacto: ambos confiamos en que la providencia divina nos reunirá".
Cómo despegar juntos
Por lo pronto, Skorka sigue animando la conversación entre los credos que impulsó Bergoglio. Ayer tenía previsto participar -si el vuelo de cabotaje se lo permitía- de una reunión nocturna con la mesa de diálogo interreligioso de la provincia a la que también habían sido invitados el sacerdote mendocino David Felipe Specchiale, delegado episcopal para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso (ver nota de abajo), y Alberto Zimerman, dirigente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas y amigo de Francisco. La agenda de las visitas prosigue hoy a las 20 en el Centro Cultural Virla con la presentación del libro "Dos caminos, una redención", del tucumano Yoel Ben Arye (Oscar Feler).
La apertura hacia el judaísmo y los cultos del mundo no es una novedad para la Iglesia católica: su intención de romper los compartimentos estancos de la fe viene del Concilio Vaticano II (1962-1965). Desde entonces pasaron cinco papas por El Vaticano. Francisco, el sexto, hará la diferencia en esta materia, según Skorka, que es doctor en Ciencias Químicas y profesor universitario de Derecho Hebreo. "Yo particular y especialmente debo contestar que así será. (Con Bergoglio) hemos creado testimonios acerca de cómo profundizar el diálogo interreligioso", afirma desde la pista de Aeroparque.
El rabino postula como hito de esa agenda judeocristiana al doctorado honoris causa que recibió de la Universidad Católica Argentina, en el ámbito de los festejos por el 50 aniversario del Concilio Vaticano II. La mano de Francisco estuvo detrás de aquel reconocimiento inédito en la historia de esa institución educativa. "Este gesto le costó críticas muy ácidas de parte de lo que podríamos llamar la derecha reaccionaria de la Iglesia. Bergoglio, sin embargo, permaneció impertérrito", manifiesta Skorka con un dejo de emoción en la voz.
El pacífico y dialoguista "padre Jorge" también gritaba si la ocasión así lo ameritaba. "La única vez que levantó la voz fue para exclamar que antisemitismo es anticristianismo", dice el rabino. Según su criterio, judíos y católicos comparten principios éticos como el respeto por el individuo y la máxima "amarás a tu prójimo como a ti mismo". "Ambos cultos están imbuidos de los mismos valores últimos, y creen en un Dios total y absolutamente espiritual, que está más allá de toda la materia. Donde comienza a haber matices es en la praxis de estas creencias y en algunas cuestiones teológicas. Los judíos no vemos en Jesús al hijo de Dios sino a un hombre de una gran espiritualidad", acota.
Esas diferencias no parecen irreconciliables con un interlocutor con la predisposición empática como la que Skorka dice que halló en Bergoglio. "Los judíos dialogamos con otras religiones, pero también tenemos que preguntarnos si del otro lado existe una sensibilidad como la de Francisco. En el caso del islam, hablamos con quienes quieren hacerlo. Pero si Israel pudo dialogar con Alemania (después de la Segunda Guerra Mundial), no me queda ninguna duda de que también conversará con el mundo musulmán", conjetura el rabino.
En aquella línea esperanzada y apurado por el avión que pide pista, Skorka ensaya una reflexión final: "Bergoglio se formó en nuestro medio; compartió con nosotros; desciende de inmigrantes como muchos otros argentinos y habla con un léxico muy porteño. Ese hombre llegó a ser elegido por todo el cuerpo cardenalicio para liderar la Iglesia en un momento crítico de su historia. Esto debe ser motivo de orgullo y debe alentarnos a superar las antinomias que impiden que el tesoro de nuestra nación prospere. No nos faltan ejemplos de compatriotas que descollaron en el mundo. Pero, cuidado, como individuos. La pregunta es cómo podemos hacer para descollar como pueblo".
Un hombre en el lugar indicado
YOEL BEN ARYE, AUTOR DE "DOS CAMINOS, UNA REDENCIÓN"
"El papa Francisco es la persona precisa, en el lugar preciso, para este preciso momento de la actual etapa de redención de la humanidad que estamos viviendo. Ruego para que Dios lo bendiga, lo proteja y lo colme de éxito en su sagrada misión".
Signos positivos
RAÚL FELER, MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN LEÓN
"La Iglesia de los pobres; un Papa auténticamente austero y humilde; un Papa que quiere revolucionar el precepto de amor al prójimo; un Papa con profundos lazos fraternales con el pueblo judío; un Papa con viejos antecedentes de diálogo ecuménico y diálogo interreligioso; una Iglesia que por medio del diálogo perseguirá fuertemente la paz ("shalom") de la humanidad toda... ¡Son signos de un mundo mejor!
Elevo mis oraciones al Señor para que así sea".