Los minutos corrían y el final tan temido estaba cada vez más cerca. San Martín no pegaba una y, para colmo, un San Jorge amarrete estaba cumpliendo su objetivo al pie de la letra. En el "expreso" tenían la idea fija de sumar en La Ciudadela. Pero no. No pudo ser por culpa de un pibe que ingresó sobre el final y en un par de minutos se ganó la tapa de este suplemento. Lucas Chacana fue amo y señor en la fría tarde de domingo en Bolívar y Pellegrini. Con un testazo goleador, desató la furia en las tribunas y le dio al "santo" el oxígeno necesario para seguir con vida en este Undecagonal."Pibe, vas a definir el partido". Las palabras de Carlos Roldán, segundos antes de que Lucas reemplazara a Ibáñez, retumbaron en los oídos del juvenil, que se tomó a pecho el mensaje y cumplió con creces. Chacana se internó en tierra prometida y le puso la cabeza a un milimétrico centro de Facundo Ermini. Gol de esos que se gritan con el alma. Y desahogo, claro.

"Cuando vi la pelota dentro del arco no supe qué hacer", confesó el delantero ante un arsenal de micrófonos y grabadores. Todos esperando a la figura. Al futbolista que le permitió a San Martín subirse al tren de la ilusión de un regreso a toda orquesta.

"Desde los cuatro años que juego al fútbol y siempre soñé con vivir este momento. Tengo una alegría indescriptible", sintetizó Lucas el cúmulo de sensaciones por definir un duelo chivo. "Entré con mucha confianza. Las palabras de Carlos me dieron el respaldo necesario para poder hacer las cosas con tranquilidad. Por suerte todo salió perfecto", explicó el goleador, sobrino de Carlos Chacana, aquél delantero surgido en San Martín que luego jugó en River.

Chacana no se nubla aún subido en el pedestal de Bolívar y Pellegrini. Los flashes no lo obnubilan porque en su cabeza solo tiene lugar para un objetivo: continuar progresando. Lo mejor está por llegar. "Soy chico y tengo que seguir aprendiendo. En el plantel hay grandes delanteros a los que escucho y aprendo de ellos", dijo.

Su gol, que hizo delirar al hincha "santo", cotiza en bolsa. Ese cabezazo mortífero le permite a San Martín seguir apuntalando ese sueño divino que nadie piensa resignar. Pero para poder cumplirlo, en La Ciudadela saben que no deben relajarse. "Tenemos que ir partido a partido. Dimos solo el primer paso, ahora hay que ir a Córdoba y traernos un buen resultado", fue el mensaje ganador del hombre de la tarde. Claro, estaba en su salsa. No solo había hecho realidad el sueño del pibe, también le había dado a San Martín el aire necesario para seguir buscando la gloria.

LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / HECTOR PERALTA
LA GACETA / EDGARDO GALINDEZ
LA GACETA / HECTOR PERALTA