"Crucé las manos, porque por el movimiento estaban descontroladas. Y sólo esperé que todo termine. En esos segundos de locos, y mientras dábamos vueltas, pude ver de reojo cómo el cuerpo de Cristian se estaba saliendo del habitáculo, por la inercia y porque se había desprendido la puerta de su lado. Nunca nos pasó algo así, fue tremendo." Aún con el cuerpo y la mente afectada por el accidente que acababa de protagonizar, el navegante Carlos Rivera describió de esta manera a LG Deportiva el duro momento que le tocó vivir junto con el piloto Cristian Faccioli en el Rally de El Mollar.
Apenas había comenzado la prueba y la dupla concepcionense venía en cuarta a fondo (a unos 100 kilómetros por hora). Llegaron a un vado y entonces todo se descontroló. "No sabíamos que tenía tanta agua. Con efecto de la velocidad, el auto perdió contacto con el piso, hizo aquaplaning (N. De la R: pérdida gradual de contacto entre el neumático y la superficie de la calzada), se fue a la izquierda del camino y terminó por morder un borde de tierra. Entonces se clavó y comenzó a dar vueltas", explicó "Carlitos".
La peor parte la sacó Faccioli. Por el desprendimiento de la puerta, recibió diversos golpes de piedras y del mismo chasis del VW Gol. "Cuando el coche quedó quieto, él no hablaba, sólo se quejaba. Lo asistí y se recuperó", contó Rivera. El piloto fue trasladado urgentemente a San Miguel de Tucumán e internado en la guardia del Hospital Padilla. Su propia hermana, Karina (que es médica) lo atendió. Le diagnosticaron contunsión de cráneo y quedó en observación durante algunas horas. Además, sufrió golpes en todo el cuerpo. Anoche fue dado de alta y fue acompañado a su hogar por su esposa, Belén, y sus padres, Mirtha y Víctor.