BUENOS AIRES.- Camila Montero, de 28 años, militar en la fundación La Alameda, en Buenos Aires, y denuncia casos de trata de personas y de trabajo esclavo. En 2008 conoció al Papa Francisco, cuando aún se desempeñaba como arzobispo de Buenos Aires, y fue apodada por él como "La troska de Dios".
"Cuando entré a La Alameda tenía una visión muy prejuiciosa sobre Jorge Bergoglio, porque venía de un lugar muy diferente, de la lucha por los derechos de género, por los derechos reproductivos y por el derecho al aborto legal. Soy atea y siempre me había sentido en la vereda de enfrente de la Iglesia", contó en una entrevista que publicó el diario Perfil.com.
En aquella oportunidad, la joven militante se acercó al entonces cardenal para pedirle protección, porque consideró que debido a las denuncias que presentaba la fundación, su vida y la de sus compañeros de lucha corrían peligro.
"Simplemente por protegernos y defender lo que estábamos haciendo, se plantó desde un lugar completamente legítimo, sin pedir nunca nada a cambio, sin pedir que cambiemos nuestra posición o que defendamos otras banderas. Nos aceptó tal cual éramos, ateos y muy lejanos del cristianismo", recordó.
Fue entonces cuando, durante una entrevista en la Catedral de Buenos Aires, surgió el apodo que Bergoglio le puso a Montero. "Una vez fuimos a hacerle una entrevista por los 10 años de La Alameda, y entablamos una muy buena relación. Gustavo (un compañero) hizo un chiste de que yo era Camila 'la troska', por mi posición feminista, y Bergoglio me empezó a llamar 'la troska de Dios'. Me hacía ese chiste permanentemente", rememoró. LA GACETA