No fue fácil explicarles a los chicos del Jardín de Infantes lo que habían hecho los delincuentes dentro de la sala. Además, los padres tuvieron que decirles a los chicos que no había clases. Todo fue por culpa de los vándalos que ingresaron al edificio, arruinaron el mobiliario, robaron los objetos de valor (un calefactor, tazas y otros elementos) y destruyeron lo que no pudieron llevarse en sus manos.
Indignados, los padres de los alumnos que asisten al turno mañana del jardín de infantes "Emilia Rodríguez de García Hamilton", perteneciente a la escuela "Alberto García Hamilton" quemaron gomas ayer en Félix de Olazábal y San Juan, frente al establecimiento, para protestar por el tercer ataque que sufrió el jardín en 15 días. "Los chicos vienen emocionados y con ganas al jardín, y se encuentran con esto. Preguntaban qué había pasado", comentó una madre.
"Una vecina vio a la medianoche que estaban prendidas las luces del Jardín de Infantes. Rompieron una puerta para poder entrar", contó Patricia Pagés, una de las docentes. La saña con la actuaron los vándalos sorprendió a los docentes. En todo el local estaba esparcido el contenido de un matafuegos.
Las mesas y las sillas del jardín de infantes habían sido manchadas con témpera, al igual que las paredes. Todo estaba desordenado. Además, el grupo de vándalos había orinado en distintos sectores del edificio, según comentaron las maestras del turno mañana, Pagés y Dora Lía Cañas.
Uno por semana
El primer ataque que sufrieron en el Jardín ocurrió el 27 de febrero. Cuando los docentes llegaron al establecimiento, descubrieron que les habían robado un reproductor de DVD, dos estufas, un calefactor, dos equipos de música y un ventilador.
La semana pasada, los vándalos rompieron el vidrio de una ventana, pero no ingresaron al interior del local. Esta vez, los docentes sospechaban que hasta intentaron provocar un incendio, por el estado en que quedó una estufa.
"Quedó toda quemada en la parte de abajo. La sensación es que quisieron usarla para prender fuego, pero justo saltó la llave y se cortó la corriente", afirmó Pagés.
La Policía Científica trabajó durante la mañana, tratando de encontrar alguna huella digital entre los distintos elementos que estaban tirados y desordenados.
"Una de las cosas que más lamentamos es que los padres habían ayudado a pintar las mesitas y las sillitas. Ahora todo eso se arruinó y hay que volver a empezar", dijo Pagés.
Las maestras tenían que volver a acondicionar las aulas del Jardín de Infantes, porque el ministerio de Educación les había dicho que no podían suspender las clases. Durante la tarde, trabajaron contrarreloj, con la ayuda de los padres.
El edificio del Jardín de Infantes fue bautizado con el nombre de la esposa de Alberto García Hamilton, fundador de LA GACETA. De hecho, la construcción edilicia fue realizada gracias a la donación que efectuó este diario, hace unos 20 años.