Bustamante abrió el cerrojo

Atlético parecía consumirse en su propia tibieza. Sin el cambio de ritmo que necesitaba para romper el entramado de contención que tejió San Martín intentando blindar los sectores cercanos a su área después de la expulsión de Mario Vera, Gonzalo Bustamante le dio al "decano" la chispa que iluminó el camino hacia el gol para ganar el clásico que, a juzgar por el trámite, enfilaba hacia la definición con tiros desde el punto penal. Cuando estaban 11 contra 11, el cuadro de Rodríguez lució más afilado en el ataque y, previo al gol de Pereyra, ya provocó tres situaciones nítidas. Los dos equipos utilizaron dispositivos similares abajo, con cuatro hombres. Delante de su última línea, el "albirrojo" ubicó como volante tapón a Leonardo Acosta; Molina y Chanquía fueron los volantes por ambas bandas y Nicolás Roldán el nexo con los delanteros, Balvorín e Ibáñez. El "9" pesó poco en la ofensiva visitante. Estuvo bien tomado por los centrales; El Ratón fue más gravitante al punto tal que hizo amonestar a Peña antes del minuto 25. "RR" le cambió entonces la marca, mandando a Ladino a la otra franja y pasó a Peña sobre la derecha. Carlos Roldán contrarrestó esa variante e Ibáñez se fue a la izquierda. Atlético aprovechaba mejor a sus carrileros por afuera: Montiglio le ganaba a Chanquía y complicaba juntándose con Pereyra y El Pulga. Atlético desaceleró su búsqueda del arco rival y el "santo" tomó la iniciativa, que coincidió con el mejor momento de Nico Roldán en el partido, hasta que llegó el empate de Ibáñez. El penal modificó, en gran medida, el curso del trámite: 11 contra 10, Atlético fue más previsible en el ataque. Sólo preocupaba la pimienta de Méndez con sus remates; sin embargo Ojeda se mostraba altamente fiable en su arco. Pero entró Bustamante para arroparse de héroe: hizo la jugada previa al gol de More (estaba adelantado) y puso su firma en el tercero.