No importa el torneo ni quien lo organiza. La triste historia se repite una y otra vez. Hay tres elementos que forman esta lamentable fórmula. El salvajismo del hincha y la falta de un estadio acorde a las necesidades de un gran encuentro de estas características generan fallas en cualquier operativo de seguridad. Las dolorosas imágenes de personas amontonadas y golpeados se volvieron a vivir desde muy temprano. Minutos después de las 15 ya se habían registrado incidentes en los principales accesos al estadio.

"Es una locura, maestro, siempre pasa lo mismo. ¿Cuándo será el día que esto no pase? Quizás sea mejor que no se juegue con las dos hinchadas porque nadie está preparado para afrontar un partido así", se queja Luciano García un estudiante universitario que se cansó de recibir palazos en la esquina de Bolivia y Muñecas, esquina donde se produjo el mayor desbande de simpatizantes.

Del lado de los "decanos" también se escucharon quejas. "Un clásico tan importante como este no se puede jugar en ningún estadio. Tucumán necesita uno nuevo. Alperovich, en vez de hacer un estadio de hockey, debe hacer uno de fútbol", opinó Mariano Damónica, empleado bancario.

Los vecinos, aterrados, fueron testigos de esas corridas. "La Policía hizo todo lo posible para que esto no ocurriera. Pero estos no son hinchas, son salvajes que vienen a una cancha a matarse", describió Lucrecia Fernández, vecina de la calle Maipú, mientras veía cómo los simpatizantes "santos" habían arrancado las mallas de plástico que se habían instalado para evitar que los hinchas caminaran por las veredas.

El temor a quedarse afuera obligó a los fanáticos a apurar los trámites. Comenzaron a ingresar al estadio muchos más que los previstos. La concurrencia sorprendió a los responsables del operativo de Seguridad tuvieron que hacer cambios de último momento. Por ejemplo, cortaron el tránsito en las esquinas de la avenida Sarmiento.

"Es lógico que haya pasado eso. En los últimos partidos importantes mucha gente se quedó sin entrar y todos fueron cuidadosos. Por hacer eso, recibieron palazos a lo lindo. No es necesario sufrir tanto para ver un encuentro", se quejó Juan Carlos Medina.




LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
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LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
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Ojeda se quedó con el penal ejecutado por Rodríguez. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
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