Ni el docente será suplantado por el ordenador ni el libro de papel será sustituido por el digital. Al menos en el corto y medio plazo, lo viejo y lo nuevo estarán obligados a convivir en el mismo espacio. De los adultos -a cargo del aula y de la escuela- depende que esa cohabitación de herramientas antiguas y contemporáneas (potenciada por el programa de distribución de netbooks llamado Conectar Igualdad) esté regida por la integración y la complementariedad. Creatividad, curiosidad y actualización parecen ser las actitudes clave para conseguir un resultado positivo.
"La aplicación de la tecnología en la enseñanza es muy importante porque permite democratizar la educación. Los docentes deben evitar los juicios anticipados y probar distintas metodologías. Muchas veces uno cree, por ejemplo, que los alumnos con escasos recursos no acceden a los nuevos dispositivos. Eso no es cierto", afirma Cristian Faralle, docente de Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC).
Faralle relata su experiencia en un programa para adultos y jóvenes que no completaron la secundaria del Instituto Provincial de la Administración Pública. En ese ámbito, emplea una herramienta de uso común como la red social Facebook. "La mayoría de los jóvenes tiene cuenta e incluso entra desde el celular. Los más grandes se dan de alta después de crear una casilla de correo electrónico. Ese es el punto de partida para continuar analizando en Facebook lo que discutimos en la clase", explica. Para aprovechar esa red, el docente aconseja dar consignas específicas o publicar un texto que propicie el debate. E incentivar a los alumnos a compartir opiniones y artículos. "La actividad es bilateral", apunta Faralle.
La lógica unidireccional del libro (o de la fotocopia) se abre a una búsqueda de la interacción. "La creación de un grupo de Facebook posibilita la participación y el intercambio de ideas", comenta el docente. Y convoca a explorar lo que las TIC ofrecen y aportan al desafío educativo: "los chicos van a las redes sociales para entretenerse. La escuela también debe ir ahí para buscarlos y convocarlos. Esta es una buena forma de acercarnos a los que creemos que permanecen excluidos".
En 2011, Faralle logró que alumnos de la escuela Federalismo Argentino de Alderetes usaran sus smartphones para elaborar un periódico. Con el aparato registraban las historias que encontraban en la calle. Luego colocaban los textos y fotos en un diagrama armado con un programa para PC. A finales de aquel año, los chicos presentaron su trabajo: un diario de ocho páginas denominado El Alderetense.
OPINION
EL FUTURO YA LLEGÓ
Esteban Mulki
Lic. en Administración de Empresas y docente de la FACE, UNT.
En 1988, el "Indio" Solari con sus Redonditos de Ricota nos avisaba que "el futuro llegó hace rato". El futuro siempre llega antes de lo esperado y el campo educativo no es la excepción.
La revolución de las tecnologías de la información nos enfrenta como docentes y padres a tres desafíos: 1) adaptar métodos de enseñanza y currícula a los "nativos digitales", que son aquellos que han estado en contacto desde su nacimiento con computadoras, videojuegos, celulares, etcétera; 2) reducir la brecha digital que separa a quienes están familiarizados con el uso de internet y las nuevas tecnologías de aquellos que no. El analfabetismo digital dificulta el aprendizaje y la inserción en un mercado laboral cada vez más competitivo y 3) aprovechar al máximo las posibilidades que brinda internet para potenciar la adquisición de nuevos conocimientos. Ser nativo digital no garantiza el dominio sobre el uso de estas nuevas tecnologías; es sorprendente el bajísimo nivel de aprovechamiento a la hora de utilizar estas como herramientas de estudio y trabajo. Hay vida más allá de Facebook y Twitter.
La responsabilidad de ayudar a los más chicos en este recorrido es nuestra y no debemos hacerla a un lado. Aprendamos nosotros también e involucrémonos en el uso de las nuevas tecnologías para poder acompañar a nuestros alumnos e hijos. El futuro llegó hace rato. Todo un palo, ¡ya lo ves!