MOSCÚ.- Los ministros de Finanzas de las principales naciones industrializadas y emergentes (G-20) se pronunciaron ayer unánimemente en Moscú, en contra de una "guerra de divisas", pero evitaron criticar a Japón por su política de devaluación del yen.

"Creemos que hablar de guerra de divisas es exagerado", afirmó la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.

Aún así, Lagarde reconoció en un comunicado que durante el encuentro se habló de "las preocupaciones monetarias". "La buena noticia es que el G-20 respondió ahora con cooperación para luchar contra el conflicto", añadió.

La titular del FMI calificó, además, de "alentadora" la intención del G-20 de avanzar rápidamente a unos tipos cambiarios más determinados por el mercado.

El curso adoptado por el nuevo primer ministro japonés, Shinzo Abe, que pretende lograr una mayor competitividad exterior para los productos nipones, hizo resurgir temores sobre una devaluación de su moneda en ese sentido.

"Nos abstendremos de (hacer) una carrera de devaluaciones", afirmó el G-20, al que pertenece Japón, en el comunicado final emitido en la capital de Rusia. "No predeterminaremos nuestros tipos de cambio con fines competitivos", agregó.

"Los tipos de cambio deben establecerse libremente", dijo, por su parte, el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, durante la reunión internacional en Moscú. Subrayó que los países no deben recurrir a manipulaciones políticas de las divisas como instrumento para corregir su competitividad.

"El mercado verá la declaración del G-20 como una aprobación de lo que se está haciendo: depreciando al yen", dijo Neil Mellor, estratega de divisas del Bank of New York Mellon en Londres. "Que no se censure a Japón significa que ellos seguirán imprimiendo dinero", aseveró.

Como resultado, el acuerdo reflejó un apoyo sustancial, aunque no total, a la declaración emitida el martes por las naciones que integran el G-7: Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania e Italia.

Al igual que con la intervención del G-7, Tokio consideró que se le había dado luz verde para seguir aplicando sus actuales políticas.

"He explicado que el Gobierno de (el primer ministro japonés, Shinzo) Abe está haciendo todo lo posible por superar la deflación y he obtenido cierta comprensión (en el G-20)", dijo el ministro de Finanzas nipón, Taro Aso.

"Estamos confiados en que si Japón revive su propia economía, eso ciertamente afectará también a la economía mundial. Ganamos entendimiento sobre este punto", agregó.

Durante la reunión, los ministros de Finanzas y directores de los bancos centrales alabaron la reducción de los riesgos para la economía mundial gracias a las decisiones políticas adoptadas en Europa, Estados Unidos y Japón. Aún así, Wolfgang Schäuble señaló que todavía es necesario reducir más los niveles de déficit.

Objetivos fiscales

Por otro lado, durante el encuentro de las potencias mundiales, Schäuble y sus homólogos del Reino Unido y Francia censuraron las lagunas impositivas que benefician a las grandes compañías. Según anunció el ministro alemán, los tres países van a impulsar una iniciativa para que las grandes empresas internacionales estén sujetas a una tributación justa.

A tal efecto, Schäuble y sus colegas George Osborne (Reino Unido) y Pierre Moscovici (Francia) pretenden presentar antes de julio a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) un plan para el establecimiento de nuevas normas internacionales.

La OCDE, organización integrada por los 34 países más desarrollados del mundo, presentó en Moscú su informe sobre las lagunas tributarias.

"Los efectos positivos de la globalización no deben permitir que las empresas multinacionales puedan rebajar artificialmente sus beneficios para no aportar una contribución justa a la recaudación de impuestos en nuestros países", afirmó Schäuble.

El G-20 también respaldó un compromiso de adoptar una estrategia fiscal creíble a mediano plazo, pero no llegó a establecer metas concretas sobre recortes de deuda en su declaración, dado que muchos de los delegados consideraron que la recuperación económica es todavía incipiente.

El comunicado oficial indicó que los riesgos para la economía mundial habían descendido, pero sostuvo que el crecimiento seguía siendo demasiado débil. (DPA-Reuters)