Sobre los mostradores las mamás apoyan los bolsos llenos de pañales, leche, babitas, toallas húmedas y ese sinfín de elementos que necesita un recién nacido. Los sostienen en brazos o los mecen en el cochecito. Algunas hasta les dan el pecho de paradas porque no les queda opción.

Es cerca del mediodía en el Registro Civil de 24 de Septiembre 848. El mercurio sube sin tregua y adentro las filas se cruzan y zigzaguean. Se confunden. Hace calor. Cientos de personas entran y salen. Se abanican con el papelerío de los trámites. Hay aire acondicionado, sí, pero casi no se nota.

Son más los que están parados que los que lograron conseguir una silla de plástico celeste donde descansar el cuerpo. Otros se conforman con bancos, canteros, umbrales y barandas.

No hay privilegios. En el segundo salón, cruzando las inmensas puertas de madera y vidrio la gente se amontona alrededor de un mostrador de durlock que ostenta un "cráter" gigantesco. Mamás con niños en brazos y gente mayor espera sin recibir concesiones. Hasta ahí ya no llega el aire acondicionado. A cambio, unos ventiladores empotrados en la pared reparten viento zonda.

Interminable

Fabián Soberón y su mujer, Denise, regresaron ayer por la mañana con la esperanza de completar el trámite para registrar a su bebé de 10 días y sacar el DNI. La primera vez intentaron hacer el trámite por la tarde, pero tenían el número 14 y la perspectiva era esperar casi tres horas.

Decidieron volver al día siguiente, Fabián hizo la cola a las 7, antes de que abriera el registro a las 8. La fila daba la vuelta por la Jujuy. Otra vez el 14. Más tarde llegó su mujer con el bebé. "Estar aquí es un peligro. Los bebés se pueden pescar cualquier cosa. No hay alcohol en gel y no es un ámbito para que los recién nacidos estén", comentaron. Silvia Rodríguez era otra mamá que a las 11.30 no había podido terminar el trámite de inscripción que había iniciado a las 7.30, cuando se levantó para ir a hacer la fila en la vereda. "Nos tienen paradas. No nos dicen nada, y cuando preguntamos nos contestan de mala gana. Sufro dolores por la cesárea que me hicieron hace una semana y tengo que estar aquí parada", se quejó. "No me voy a sentar más lejos porque quizás no escuche cuando me llamen por el apellido", agregó.

"¡Ojo, que es un asco ese baño!", le advirtió con tonada cordobesa Leonor Lazarte a una mujer que entraba. Optó por reírse de la burocracia que hace dos días la obliga a acompañar a su hijo de un lado al otro (Rentas, Banco del Tucumán, Archivo de la Provincia) para completar el trámite de reconocimiento. "Hace una hora que esperamos que firmen un formulario y después tenemos que hacer otra fila", dijo. "La infraestructura es un desaste. No hay dónde sentarse y además te asas de calor. A esos baños no los limpian en todo el día", protestó.

"Desde el 1 de diciembre ya volví tres veces. Falta organización, y la atención es muy mala", dijo Estefanía Martín, quien debía corregir el nombre en el DNI.

La fachada recién pintada del edificio (que se cuenta entre los pertenecientes al patrimonio tucumano) no hace sospechar el caos que se padece adentro ni las incomodidades que a diario deben soportar los tucumanos. Muchos viajan desde el interior y pierden un día o dos detrás de algún trámite.

Las paredes son mudas. Los carteles (algunos manuscritos) no sirven para orientar hacia dónde se hace cada trámite.

Si bien hoy el DNI puede tramitarse en otros centros de documentación rápida, al igual que las inscripciones de nacimiento (hay sedes en el barrio Juan XXIII, San Martín y Villa Luján), hay trámites que están centralizados en el edificio de 24 de Septiembre, como las actas de nacimiento de todo el gran San Miguel de Tucumán.

Aclaraciones

Carolina Bidegorry, directora de la repartición desde el 20 de noviembre, explicó que para registrar el nacimiento no es necesario que la madre vaya con el bebé, si es casada. "El marido puede llevar el certificado de nacido vivo y el de matrimonio. El trámite con la mamá y el bebé es necesario sólo para sacar el DNI por la foto, pero a ese trámite se lo puede hacer en un centro de documentación rápida", explicó.

Resaltó que como el edificio es un bien patrimonial, cualquier intervención que toque las estructuras está prohibida, pero no obstante se pintaron las paredes y se arreglaron los aires acondicionados. Reconoció que los baños necesitan renovarse, pero no pudo dar precisiones sobre cuándo podrán hacerlo.

"Sería bueno tener en cuenta que hay centros de documentación rápida que están impecables y donde los turnos se sacan por Internet y no hay espera, como el de Crisóstomo 970", puntualizó.

Por día el Registro atiende más de 250 turnos, pero en una mañana se cuentan más de 500 personas que entran y salen, y padecen las consecuencias.