Esta temporada, cada fin de semana en el que haya competencia por el Turismo Nacional, Lucas Mohamed no se sentirá 100% feliz. "Emocionalmente, no voy a ir muy bien", reconoció. Suponer los motivos por los que el experimentado piloto tucumano no tendrá su mejor semblante al momento de dominar las pistas en algún punto geográfico del país, no es muy difícil. Lo de Mohamed siempre fue cuesta arriba. ¿Será por eso? Nada que ver. "La idea es que sea el último año, por eso está todo el equipo a la venta", anunció el de Yerba Buena. A Lucas lo invadirán la nostalgia y la tristeza en cada carrera porque dejará de correr. Nada menos.
Aunque suene extraño, se podría decir que para el piloto el automovilismo fue un deleite y, al mismo tiempo, un sufrimiento. Las tuercas de sus autos las ajustó él y su grupo de trabajo siempre estuvo encabezado por papá "Lito" y reforzado por sus amigos. Sí, esos que sabían de automovilismo desde antes y los otros que aprendieron para darle una mano. Las preocupaciones que otros pilotos no tienen por estar en equipos ultraprofesionales que se encargan de todo, las acumuló Mohamed. La falta de un autódromo adecuado para probar y entrenar fue otra dificultad que impidió una puesta a punto óptima en toda su carrera.
Sin embargo, y pese a las desventajas,el yerbabuenense siempre se caracterizó por mantener una buena predisposición. "Esta temporada iré a cada carrera con la ansiedad de hacer las cosas mejor que nunca y cuidar lo que tengo", aseguró. "Sé que hay que vivir el día a día, el momento. Pero la nostalgia aparece y es difícil no ponerse un poco mal", agachó la cabeza el piloto del VW Gol.
La paradoja de este disfrute-sufrimiento se transforma en placer cada vez que Lucas se encuentra a bordo del auto, esperando a que la luz del semáforo se ponga en verde para acelerar a fondo. Eso es suficiente para él, y es lo que explica la vigencia que mantuvo durante 12 años -en 1999 sufrió un accidente que lo alejó del torneo hasta 2002- en la categoría.
Sin dudas extrañará la dosis de velocidad competitiva mensual que toma desde los nueve años, cuando empezó a competir en karting. Sí, la mayor parte de su vida transcurrió en alguna pista y en su condición semiprofesional. Lucas y su familia dejaron cuestiones cotidianas sin una atención plena a causa de ello. El taller mecánico, por ejemplo. "Al abandonar el taller, se pierde mucha plata", explicó Mohamed, que ya proyecta varias cosas para su futuro.
"La idea es pensar más en la familia. Quiero empezar a construir mi casa, una idea fija que tengo desde hace mucho tiempo, pero que nunca pude realizar", se entusiasmó el yerbabuenense, que también reconoció que el desgaste de los viajes es un motivo más para el retiro.
Se vende
Esta temporada será para Mohamed una especie de vidriera, ya que una de sus intenciones es mostrar todos los elementos de su equipo que ya están a la venta: los dos autos VW Gol, el colectivo, el trailer... todo está en oferta, al mejor estilo "Llame ya". A tal punto es así que podría haber un retiro prematuro si la demanda lo motiva. "Si vendo todo el equipo en la primera carrera, me bajo antes", sentenció el piloto.
Sin embargo, en su discurso se nota que el objetivo deportivo le saca una milésima de ventaja a la meta personal. "Quiero ser todo lo competitivo que no pude el año pasado. Quizás lo fuimos, pero no tuvimos la constancia de los últimos años", reflexionó. Lucas está empezando a correr una de sus carreras más especiales: la del retiro...¿qué tan larga será?