La variedad contiene eventos apilados y es conocida como soja BtRR2Y o soja intacta, según la Resolución 153 emitida por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay (MAG).

"Consideramos que la utilización plena de esta tecnología contribuirá a mejorar la competitividad de la soja producida en Paraguay, fortaleciendo el posicionamiento internacional del producto", según señala un dictamen del MAG de 2011 y 2012, reproducido en la resolución.

La resolución también cita el dictamen favorable de la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (Conbio), que argumenta los informes remitidos por las entidades pertinentes, además de citar la liberación de la semilla en Brasil, México, Argentina, Unión Europea, Corea del Sur, Uruguay y Colombia.

El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) argumenta, en una nota entregada en enero de este año, que la seguridad de la variedad de soja liberada fue demostrada "por numerosos estudios y por su misma utilización como alimento por más de 50 años".

"No se observa toxicidad (en la semilla) o que contenga potencial alergénico, puesto que constituye una muy pequeña parte de estas proteínas en la ración y además no comparte similitudes estructurales o de secuencia con toxinas conocidas", detalla el escrito.

El Senacsa dicta también que los estudios demuestran una alta digestibilidad de la semilla y que no contienen genes marcadores de resistencia a antibióticos. "Ante todo lo expuesto, y a la luz de las publicaciones científicas consultadas, se considera que su puesta al mercado tendría el mismo riesgo que cualquier otra soja comercial", concluye el informe de Senacsa.