ROMA, Italia.- El gobierno del emperador Claudio II, que estuvo al frente de Roma durante el año 268 d.C, es recordado hasta la actualidad por la polémica decisión de prohibir del matrimonio. Esta medida fue tomada argumentando que soldados enamorados y casados no eran eficientes. 

Esta determinación encontró gran resistencia en la población, que tuvo al sacerdote cristiano Valentín como uno de sus máximos referentes a la hora de hacer oír su reclamo. El clérigo, casaba a las parejas a escondidas, en el nombre del amor.

Al enterarse de esta situación, el emperador ordenó su inmediato encarcelamiento. Ya detenido, Valentín fue desafiado por el oficial romano Asterius, quien lo retó a que le devolviera la vista a su hija Julia. El sacerdote hizo el milagro, y este hecho no hizo más que acrecentar la devoción y el cariño de la población.

Sin embargo, continuo preso y siendo víctima de torturas de manera cotidiana. Finalmente, el 14 de febrero del año 270 d.C, fue decapitado.

En el año 498, el Papa Gelasio I lo convirtió en el “Patrono de los Enamorados”, y anunció que todos los 14 de febrero honrarían a “San Valentín”. LA GACETA ©