Partidos como el de ayer siembran varias preguntas en el mundo River. ¿La famosa inyección de Ramón Díaz sigue teniendo dosis? ¿Alcanzará con eso para ser campeón? ¿Se acabó la maldición con Belgrano? ¿Es muy temprano para plantearse estos interrogantes? Por ahora nos limitaremos a contestar cómo salió el partido: el "millo" derrotó a Belgrano 2 a 1, pese a no jugar bien y tener un hombre de menos durante 45 minutos. Ahora veamos si podemos contestar lo otro.

El panorama para el equipo que había llegado a Córdoba como uno de los grandes candidatos, era complicado. Belgrano se había cerrado bien y el visitante no mostraba ninguna señal como para abrirlo. La conclusión de ello fue un primer tiempo paupérrimo y muy aburrido.

Más oscuro se puso todo para River cuando Leonardo Ponzio se hizo expulsar por una agresión sin pelota a un "pirata" al minuto del segundo tiempo. Belgrano, que había escrito todo su guión como para defender, no supo cambiar de rol y no aprovechó esa ventaja. River, que promediando el segundo tiempo vio que podía animarse sin reportar consecuencias graves, encontró lo que quería con un bombazo de Leonel Vangioni.

Fue el premio a la inercia para River y su obligación de ir hacia adelante. Fue el castigo a la falta de improvisación de Belgrano que no supo atacar a su rival aún teniendo un hombre más. Los dos goles que siguieron no modificaron la realidad como lo había hecho el de Vangioni.

Al final fue triunfo de River justo ante el que lo había terminado de descender hace un par de temporadas y le arruinó la vuelta a Primera el año pasado. ¿Qué cambió? Está Ramón en el banco aunque si quiere ser el candidato que prometió, deberá mostrar algo más que ese primer tiempo.