ESTAMBUL/MOSCÚ/DAMASCO.- El conflicto armado en Siria escaló un peldaño más, ya que Israel bombardeó un convoy que transportaba armas desde un centro de investigación militar, cerca de Damasco. Tel Aviv no admitió la autoría de la operación realizada desde aviones, pero sí lo hicieron funcionarios de Estados Unidos. Se trata del primer ataque aéreo israelí a su vecino desde 2007, y generó el repudio de los aliados al régimen de Bashar al Assad. Rusia expresó ayer su "profunda preocupación" por la ofensiva, que calificó como "una grave violación de la Carta de la ONU, e inaceptable sea cual sea el motivo que se invoque". "Ese ataque es una clara violación de la integridad territorial de Siria y demuestra de nuevo que los sionistas (Israel) y Occidente no quieren estabilidad y seguridad en ese país", afirmó el canciller de Irán, Ali Akbar Salehi, al tiempo que el grupo chiíta libanés Hezbollah (presuntos destinatarios de las armas destruidas) acusó a Israel de formar parte de una "conspiración" internacional contra Siria. También la Liga Árabe, distanciada de Al Assad, condenó el ataque. Los diarios israelíes reaccionaron con preocupación: el Yediot Ajronot advirtió que este episodio, de confirmarse la intervención israelí, acerca a las partes a una guerra; y el Israel Hayom consideró que ese paso queda ahora en manos de Siria y de Hezbollah. (DPA-Reuters-Télam)