BARQUISIMETO, VENEZUELA.- Un violento enfrentamiento el viernes en una prisión del suroeste de Venezuela habría dejado al menos 58 muertos, dijo ayer el Gobierno, en el último episodio que subraya la crisis penitenciaria que atraviesa el país. La reyerta entre bandas criminales en el penal Centro Occidental, cerca de la ciudad de Barquisimeto, se desató antes de una inspección en busca de armas y drogas.

"Tenemos un lamentable saldo de personas que perdieron la vida, tanto aquí en el recinto, como después producto de las heridas que sufrieron, de 57 personas. A esto le debemos sumar el cuerpo sin vida de una persona que encontramos calcinada", dijo la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela. La funcionaria, que se había negado a ofrecer cifras de fallecidos, explicó que han trasladado a otros centros penitenciarios del país a 2.003 reos masculinos y 132 reclusas femeninas. "Hospitalizados aún quedan 46 personas, con su debido tratamiento", dijo. Varela confirmó la muerte de un funcionario de la guardia nacional.

El director del Hospital de Barquisimeto, Ruy Medina, había dicho que en el incidente fallecieron 61 personas.

Ayer desde temprano, cientos de familiares de los reclusos se reunieron impacientes y enfurecidos en las afueras del penal, conocido como Uribana, en busca de información.

Una improvisada lista con 104 heridos y una veintena de fallecidos colgaba el domingo en la entrada de la penitenciaria.

"Esto es demasiado duro. Hay muchos familiares sufriendo. El gobierno no dice nada. No quiere dar información, nada, nada. Queremos que (Hugo) Chávez venga a darnos noticias. Queremos una respuesta", dijo Josefina Ramírez de 36 años, cuyo esposo de 25 años estaba en el penal.

Esta nueva reyerta se produce en medio de la convalecencia en Cuba del presidente Chávez tras su cuarta cirugía por cáncer. Durante sus 14 años en el poder, el mandatario ha acostumbrado a los venezolanos a ser el principal portavoz y mediador en las crisis del país.

La oposición ha responsabilizado del pleito al Gobierno, mientras el vicepresidente, Nicolás Maduro, se encuentra en Chile para una cumbre de líderes de América Latina, el Caribe y europa, y Chávez no ha sido visto o oído en los últimos 45 días.

Varela dijo que la cárcel, en donde no se hacía una inspección de armas desde el 2009, será desalojada y rehabilitada como un reclusorio de mínima seguridad.

El penal Centro Occidental tiene una capacidad para 850 reos, pero su población activa superaba las 2.000 personas.

La cárcel es considerada una de las más violentas de Venezuela, que sufre motines y la muerte de cientos de presos cada año mientras muchos de sus penales se saturan cada vez más de reos que conviven en condiciones de hacinamiento.

Casi 50.000 reclusos se reparten en las 34 cárceles venezolanas, que fueron construidas para menos de un tercio de la población penitenciaria actual, según grupos de derechos humanos. Como en otras naciones latinoamericanas, las cárceles venezolanas son conocidas por la facilidad con la que los reos acceden a armas, drogas, teléfonos celulares y computadoras con internet, que usan a menudo para manejar bandas criminales desde adentro de los penales. En 2011, el Gobierno tuvo que enviar unos 5.000 soldados para controlar un motín en la cárcel El Rodeo, en una ciudad cercana a Caracas, que dejó una veintena de muertos. Y un año más tarde, tras varios días de tensión, las autoridades se vieron forzadas a cerrar una prisión en la capital. (Reuters)