MADRID.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tomó la mayor distancia posible del ex tesorero del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas, sobre quien pesan sospechas de corrupción, blanqueo de dinero (posiblemente en una finca citrícola en Salta) y pago de sobresueldos a dirigentes políticos del oficialismo.

El mandatario fue entrevistado ayer en ABC Punto Radio; cuando el periodista Luis del Olmo le preguntó cuándo fue la última vez que habló con Bárcenas, se limitó a contestar: "no me acuerdo". "Él tiene unas acusaciones y sus abogados ejercerán su defensa de la manera mejor. La Justicia actúa y cuando lo hace, los demás tenemos que respetarla, nos guste o no su decisión. Me fío de lo que hagan y digan los tribunales; a partir de ahí, poco más puedo decir. No me corresponde a mí responder sobre si irá a la cárcel", aseveró, según todos los medios on line hispanos.

Rajoy admitió que se "mejorará, si cabe, aún más la legislación" contra la corrupción política, y pidió "hacer un esfuerzo para erradicarla". Pero consideró injusto que se generalice sobre esa práctica: "la mayoría de los políticos son gente trabajadora y honrada".

Desempleo del 26%

Las denuncias contra Bárcenas (blanqueó casi U$S 29 millones con una amnistía fiscal, y se sospecha que parte de ese dinero podría ser ilegal) se conocen en medio de la profunda crisis que atraviesa España, con una desocupación récord del 26% de la población activa, lo que afecta a casi seis millones de personas según cifras oficiales.

Por este motivo, el Gobierno prorrogó de manera automática el subsidio mensual de 400 euros (U$S 540) a los desempleados de larga duración que agotaron otras ayudas y carecen de otros ingresos, hasta que el desempleo baje del 20%. Si el beneficiario tiene carga familiar, le darán 50 euros (U$S 67) más. (Especial-DPA)