Visitar una ciudad inmunda no suele ser divertido. El turista huye del mal olor y lamenta la poca higiene de sus habitantes. Es así, lamentable. Después, probablemente, relata la anécdota entre sus amigos y libera el rumor: Tucumán huele mal. Bernardo Racedo Aragón, titular del Ente de Turismo de la Provincia, tiene bien en claro esta situación.
"Es innegable e indiscutible que el Turismo y la basura están relacionados. El problema de los vaciaderos lo vamos a solucionar entre todos. No depende sólo del Gobierno. Hoy tenemos una costumbre de ensuciar gratuitamente. Tampoco hay buenas costumbres de higiene. Hacemos lo que no corresponde", advirtió.
Si bien no se refirió a un incremento o descenso turístico en la ciudad a raíz de la proliferación masiva de basurales a cielo abierto, explicó que está convencido de que el problema se va a solucionar a medida que los ciudadanos se concienticen al respecto.
"Hicimos panfletos para concientizar a los vecinos; la cámara hotelera también hizo lo mismo bajo el lema de 'Basura Cero'. Mi sensación es que nos cansamos de ser sucios, tenemos que cambiar", opinó.
Corregir errores
"Los desperdicios afectan la imagen de la ciudad. No creo que una persona deje de venir a Tucumán por la basura, pero si se lleva una imagen poco grata. A ningún funcionario le gusta leer que su municipio está sucio. Nos falta transitar un nuevo camino a la limpieza. Debemos darle una vuelta de tuerca. Nosotros mismos tenemos que ver cómo corregir nuestros errores", agregó.