Se repitió la misma escena que le tocó vivir un año atrás. Dos delincuentes la golpearon de manera salvaje para quitarle la cartera. La diferencia es que, esta vez, María Luisa Díaz, de 81 años, terminó internada con una fisura en el brazo.
La mujer regresaba con su hija, Graciela Sandoval de 60 años, de visitar a una cuñada en Banda del Río Salí, el lunes a las 16.30. Les faltaba caminar 50 metros para llegar a su casa, en la diagonal Heredia al 1.400 del barrio El Sifón, cuando dos jóvenes las interceptaron. "Les pegaron y les arrancaron las carteras", relató Ramón Sandoval, esposo de María Luisa.
El hombre, que tiene 88 años, agregó que los asaltantes eran dos "muchachos jóvenes", que les propinaron golpes de puño a su esposa y a su hija y las arrastraron por el ripio. "Mi hija tiene toda la espalda morada y mi mujer no se puede mover. Llamé a la Policía, pasó una hora y no venía nadie, volví a llamar y me dijeron que no encontraban la casa", aseguró. Al final, hicieron la denuncia casi cuatro horas después y no hubo un solo detenido.
Mientras María Luisa continuaba internada, Ramón se quejó por la inseguridad que azota a la zona. "Acá usted sale de noche y no sabe si va a volver, aquí la delincuencia es la que manda", denunció.
Tres asaltos en un año
La casa donde vive el matrimonio de jubilados está ubicada enfrente de las vías. A falta de pavimento, los separa un río de aguas servidas y un estrecho camino de ripio por el que no llegan a pasar los autos. Del otro lado -afirmó Ramón- viven los responsables de las piedras que vuelan contra las casas y los autores de los constantes ataques a los ancianos que habitan en la zona.
"En enero del año pasado, mi esposa se iba al médico y la asaltaron en la parada del colectivo. La golpearon y le partieron la boca para robarle la bolsa con los remedios y las radiografías", recordó el hombre.
Un mes más tarde, la víctima fue él. "Una mañana, como a las 7.30, salí a la panadería. Dos chicos me pusieron un revólver en la cabeza y me sacaron mi anillo de compromiso que lo tuve casi toda mi vida y los $ 10 que llevaba para comprar el pan". Según Ramón, en la seccional 6ª le respondieron: "(los delincuentes) ya van a caer en otro momento cuando hagan otra cosa". Ese momento no llegó aún.