Decenas de miles de personas ocuparon ayer las calles de Diyarbakir, la principal ciudad kurda de Turquía, para asistir al funeral de Sakine Cansiz, Fidan Dogan y Leyla Söylemez, las tres militantes asesinadas la semana pasada en París. El Gobierno de Ankara advirtió que no toleraría disturbios y pidió calma. (Télam)