Despertarse hoy y repasar cada segundo de lo que sucedió un año atrás será lo más difícil que le toque vivir a la familia de Constanza Lucía González, desde el día de su muerte. "Conty" tenía 14 años cuando fue asesinada en la vereda de su casa, en el barrio Villanueva de Alderetes.
Estaba por amanecer, aquel 15 de enero, cuando la adolescente regresó de una fiesta con un amigo. Se bajó del taxi frente a su casa, tocó el timbre y en ese instante apareció el homicida. Mientras sus padres caminaban hacia la puerta, el individuo le disparó en la cabeza y salió corriendo, sin que nadie pudiera evitar el ataque. "Siempre voy a estar arrepentida por no haber estado en ese momento, por no haber podido salir a tiempo y que me haya pasado a mí, no a ella que tenía tanto para vivir", lamentó Karina Millares, su mamá.
Un año después, ella y su marido, José González, todavía intentan convivir con el dolor. "Estamos tratando de retomar una vida normal, pero no es lo mismo", señaló él. Sentada a su lado, en el living de la casa de sus padres, su esposa derramaba una lágrima cada vez que hacía mención a su hija. "Su recuerdo está todo el tiempo, a mí nunca nada me va a hacer feliz, el dolor es eterno. Todos los días pienso en ella, en lo que ella soñaba, en lo que ella quería; mi hija era muy dócil, simpática, no tenía un solo día triste", destacó Karina.
La proximidad del primer aniversario de la muerte de "Conty" mantenía tensa a la familia últimamente. "Hace varios días que vengo mal, mi mujer me nota raro, no ando bien. Sigo siendo fuerte por ella y mis hijos, pero ya no aguanto más el dolor, no me dan ganas de ir a trabajar ni de hacer nada", confesó José. Y relató que, para las fiestas, se refugiaron en una casa que les prestaron en el campo, lejos de la música, el festejo y los brindis. "Para nosotros ha sido un día más", agregó Karina.
La pena máxima
Después del crimen, los padres y hermanos de "Conty" se mudaron a la casa de sus abuelos y no regresaron más al lugar donde la encontraron muerta. En cuanto al presunto autor del hecho, Franco "Jean Carlos" Villagra, está preso y en los próximos meses podría iniciarse el juicio oral en su contra. Con la etapa juidicial casi resuelta, la familia de la adolescente no consigue reponerse.
"Pasa el tiempo y peor es, uno siente más la ausencia. Me tengo que hacer la idea de que mi hija no va a volver. Por más que yo quiera, ella no va a volver. Y por más que intente pensar que algún día me voy a reencontrar con ella, es muy difícil", expresó su mamá. Y pidió justicia. "Quiero que esa rata que mató a mi hija tenga la pena máxima". Recordó, en ese sentido, que el 24 y el 31 de diciembre su madre fue a visitarlo a la cárcel. "Pero yo me tuve que ir al cementerio a dejarle una flor a mi hija. Lloré tanto... fue la primera Navidad que pasé sin ella".
Los reproches
No pueden entender lo que pasó. Karina y José piensan, una y otra vez, si de alguna manera hubiesen podido evitar ese trágico final. Y se reprochan haberle permitido asistir a esa fiesta, haberla dejado que volviera en taxi en lugar de ir a buscarla, como hacían siempre. "La hemos protegido tanto que hasta a veces me culpo por no haberla dejado salir a pasear al centro como todas sus compañeras y me da bronca porque tanto la cuidábamos, la protegíamos y la acompañábamos a todas partes y lo mismo le pasó esto. No voy a comprender nunca por qué me han quitado a mi hija", insistió su mamá.
José, por otro lado, se pregunta todo el tiempo cómo habrá sido ese momento. "Ella siempre se ha sentido protegida por mí y en ese segundo no estuve con ella. Debe haber pensado '¿papá, en dónde estás? y eso me hace sentir muy mal".
Los hermanos de "Conty" también sufren su ausencia. Tenían siete y 13 años cuando ocurrió la tragedia. "Esa mañana, mis hijos se quedaron parados frente al cuerpo de su hermana ¿cómo hago para sacarles eso de la mente?", preguntó Karina. Aún con esa imagen presente, los chicos se esfuerzan para ayudar a sus padres a superar el dolor, que no se va.