La escasa afluencia de turistas a los centros vacacionales del país es consistente con datos más precisos que muestran el estancamiento de la actividad económica y el deterioro en el empleo durante el año pasado. "El problema central es el vertiginoso crecimiento de la presión impositiva, que no guarda relación con la cantidad y calidad de los servicios que brinda el Estado".
Este escenario fue reflejado en el último reporte elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), en el que se ha señalado que la no actualización Ganancias, que constituye la faceta más visible y cuestionada del crecimiento en la presión impositiva, no fue el impuesto que generó los mayores perjuicios económicos y sociales, sino los el aumento de las otras obligaciones impositivas, como el IVA y los impuestos al empleo.
El cepo cambiario para viajar al exterior elevó las expectativas por una temporada promisoria del turismo nacional. Sin embargo, en los principales centros veraniegos la temporada se presentó escasa en visitantes y nivel de consumo, expresó Idesa. "Este fenómeno es consistente con la información de las cuentas nacionales que publicó el Indec para el tercer trimestre del año 2012, que delataba estancamiento económico y deterioro en la creación de empleos. Entre los principales factores causantes de este aletargamiento aparece el impacto negativo sobre las empresas y las familias que provocaron la alta inflación y el fuerte crecimiento de la presión impositiva", indicó el análisis privado.
Los datos oficiales, publicados por el Ministerio de Economía y complementados con datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), confirmaron que la presión fiscal nacional alcanzó un nivel récord, pasando de un 17% a un 31% del Producto Bruto Interno (PBI), desde 2002 hasta el año pasado.
En el informe se señaló que ese crecimiento de 14 puntos porcentuales del PBI no tiene como único origen el impuesto a las Ganancias. Por el contrario, la desagregación por tipo de tributos evidenció que Ganancias pasó de un 3% a un 6% del PBI (se elevó tres puntos porcentuales); el IVA pasó de 5% a un 9% del PBI (cuatro puntos); y los impuestos al empleo -aportes y contribuciones sociales- pasaron de un 3% a un 8% del PBI (cinco puntos). "La información oficial muestra que el impuesto a las Ganancias aumentó, pero esto explica poco más de un 20% del incremento de la presión tributaria total. Se trata de una incidencia muy inferior a la que tiene el crecimiento de impuestos con efectos mucho más regresivos sobre la población, como el IVA y las cargas sociales -abarcan el 56% del crecimiento de la presión impositiva-", determinó el trabajo privado.
Los impuestos también inciden de distintas maneras, según el tipo de ingreso en la familia. Ganancias afectó, por caso, a los ingresos medios y altos; mientras que el IVA y las cargas sociales impactaron de manera proporcional más sobre las familias de bajos ingresos. "El resto del crecimiento en la presión tributaria lo generan otros tributos, como los derechos de exportación e impuesto al cheque e internos", aclaró.
Idesa remarcó en su informe que el "fracaso" del turismo agregó evidencias sobre un problema más profundo: un desmedido y desordenado crecimiento de la presión impositiva que no se legitimó con más y mejores servicios por parte del Estado.
"El debate centrado en la actualización de los parámetros con los que se calcula el impuesto a las Ganancias es equivocado. La solución pasa por eliminar gastos improductivos y redireccionar recursos públicos hacia funciones más estratégicas y con mejor gestión estatal", finalizó.