A San Pedro de Colalao le tocó en desgracia ser contemporánea de Tafí del Valle. A raíz de ello, transita su existencia condenada a ser segunda, detrás de la villa veraniega de los Valles Calchaquíes, considerada la joya en la corona del turismo en Tucumán. Pero a decir verdad, aquella nada debería envidiarle al paradisíaco paisaje o al agradable clima tafinistos.

Abrazada por los ríos Tacanas y Tipas, la localidad de San Pedro de Colalao cobija más de 20.000 habitantes cada fin de semana, durante la temporada alta. Esta cifra significa un incremento -abrupto- de alrededor del 300% de la población que habita en esa comuna, la más importante de las tres del departamento Trancas. Ese crecimiento poblacional provoca que los servicios que brinda la comuna resulten insuficientes para satisfacer la demanda en vacaciones.

En particular, ese bajón se hace sentir en la recolección de residuos. LA GACETA charló con vecinos nativos de San Pedro de Colalao. En general, no cuestionan cómo se brinda el servicio durante los meses de baja afluencia de turistas; pero sí advierten que en temporada se torna un problema.

Mientras conversa con nuestro diario, Andrés Castillo no deja de barrer los derredores de la plaza central de San Pedro. Los 27 años que lleva trabajando en la comuna le dan autoridad para decir lo que dice: "la recolección de residuos se complica en verano; en invierno no es tan grave, pero en temporada faltan camiones". Cuenta que la Dirección de Comunas o la Municipalidad de Trancas suelen enviar vehículos de refuerzo, para que pueda satisfacerse la demanda. Esteban se distiende un rato en uno de los camping que ofrece la villa. Coincide en que la cantidad de camiones para recoger la basura resulta insuficiente. "No dan abasto; pasa que San Pedro creció mucho", explica.

Desde la puerta de su casa, a unos 200 metros del río Tipas, Máximo "Orlando" Delgado (70 años) coincide con Castillo. También habla desde la experiencia, ya que se jubiló como trabajador de la comuna. "Faltan vehículos para recoger la basura; y aunque hay personal, también resulta insuficiente. Los empleados hacen lo que pueden, en un solo turno", afirma. Al problema de la recolección e residuos, Delgado suma otro: la demora en la pavimentación de las calles. "Sólo dicen que harán 15 cuadras, pero habían anunciado muchas más; además, a esta altura ya deberían estar terminadas", indica.

Pero esto no es todo. A Delgado también le preocupa la falta de trabajo para los jóvenes del pueblo. "Muchos chicos aprendieron el oficio de albañil, por ejemplo; pero los veraneantes, cuando necesitan hacer algo en sus casas traen operarios de la ciudad", explica.

Según cuenta, cuando estaba en actividad presentó un proyecto para poner en pie una especie de sindicato de albañiles de San Pedro de Colalao, que vele porque ese tipo de tareas se realice con gente de la villa. "Pero en su momento desde la comuna me rechazaron esa iniciativa", se lamenta. Admite que si uno se la rebusca puede hacer algunas changas; y adelanta que para mediados de febrero bajará dinero desde el Instituto Provincial de Acción Cooperativa y Mutual (Ipacym) para que grupos de albañiles organizados en cooperativas construyan módulos habitacionales, cordones cuneta y mejoras en el cementerio. Teresa Cata es pensionada, pero desde hace algún tiempo se dedica a la apicultura -"hay gente que le tiene miedo a las abejas, pero yo no"-. También opina que la falta de empleo resulta un problema para los adolescentes. "No hay trabajo para los jóvenes. Hay una escuela técnica, pero no es suficiente. El secundario sólo ofrece dos opciones: comercial y turismo. A los chicos sólo les queda ser albañiles, pero la comuna no los ocupa mucho", indica. Admite, sin embargo, que algunos emprendimientos, que llegan desde el Gobierno nacional, funcionan como paliativo.


Reclamos sueltos

- Un pueblo turístico.- Jorge Córdoba es artesano del cuero. Admite que la villa presenta algunos inconvenientes; pero se niega a responsabilizar enteramente al Gobierno. "El pueblo puede dar una solución a varias cosas que no andan bien; sólo necesitamos unirnos y, por sobre todo, entender que somos un pueblo turístico; debemos tomar consciencia de ello, para explotar esa cualidad", dijo. Según agregó, la experiencia le da la razón: "cada vez que nos unimos, las cosas salen bien; eso pasa en las distintas fiestas que se hacen acá".

- Larga lista de problemas.- Rocío atiende una juguetería, a pocas cuadras de la plaza. "Faltan muchas cosas: demoraron el pavimento y ahora van a pavimentar menos calles; la luz y el agua se cortan cada vez que crece el río; la recolección de residuos es mala, y a poco de haber mostrado ambulancias nuevas se las llevaron a otro lugar", se quejó.

- Calles que son ríos.- Varios vecinos coincidieron en la necesidad de que se pavimenten calles clave: las que bajan hacia el río Tipas. Según dicen, cuando llueve por estas calles corre el agua como si fuera un río. Tal situación, indica el encargado de un camping, ocasiona un perjuicio para su actividad: "se inunda el predio, y nadie pone su carpa".

- Listas de beneficiarios.- Un importante panel en el edificio de la comuna muestra el listado de los beneficiarios de distintos programas sociales. Aunque algunos son gestionados por la Provincia, la mayoría dependen de la Nación: desde programas de alimentación hasta de microemprendimientos.

- Datos.- San Pedro de Colalao es la más grande -en cuanto a cantidad de habitantes- de las tres comunas rurales que se encuentran en el departamento de Trancas. Todavía no se dieron a conocer las cifras del último censo; pero de acuerdo a los guarismos del censo 2001, cuenta con 4.200 pobladores permanentes. El comisionado, Julio Contino, señaló que ese número trepa a más de 20.000 los fines de semana de temporada.