La única duda entre la gente del fútbol es si Lionel Messi arriesgará aún más con su vestuario, porque todo el mundo está seguro de que si nada raro ocurre, dentro de un año volverá a ganar el Balón de Oro. El argentino se convirtió el lunes en Zúrich en el único futbolista en sumar cuatro galardones consecutivos. ¿Pero cuánto tiempo será capaz Messi de sostener el ritmo? ¿Cuántos Balones de Oro podría acumular en su casa, dado que sólo tiene 25 años? Johan Cruyff auguró ya hace un año, antes de que Messi levantara su tercer galardón, una larga hegemonía. "Probablemente ganará cinco, seis o siete Balones de Oro, es incomparable".
"Es merecido que se lo gane siempre", aseguró Carlos "Pibe" Valderrama. "¿Qué podemos hacer? Es demasiado bueno", admitió algo resignado el francés François Moriniere, director ejecutivo de "L'Equipe" y de "France Football". De hecho, la superioridad de Messi, que se impuso con más del 40 por ciento de los puntos, amenaza con arruinar la competencia. Cristiano, su gran rival, parece haberse cansado ya de perseguir el Balón. "No es el fin de la vida", aclaró buscando consuelo.
"No es vergonzoso que Messi haya ganado", esbozó Platini, jefe de la UEFA, a modo de justificación. "Él representa bien al fútbol".
El presidente de Barcelona, Sandro Rosell, advirtió, sin embargo, que cada vez será más difícil para Leo ganar el Balón de Oro, por motivos "políticos". Entrenadores y capitanes de selección (los que votan) atienden compromisos distintos a los deportivos. El ejemplo más claro lo dio el mismo Messi, que no eligió a "CR7" entre sus preferidos, pese a haber admitido que sería "estúpido" no considerarlo uno de los tres mejores del mundo. Iker Casillas, arquero de Real Madrid, obvió a la "Pulga". El holandés Wesley Sneijder puso en primer lugar a Robin van Persie. Y el italiano Gianluigi Buffon, a Andrea Pirlo. Pero no todo son enjuagues políticos. El brasileño Thiago Silva se decantó por Messi pese a la gran rivalidad sudamericana, y lo mismo hizo el capitán inglés, Steven Gerrard. Leo cuenta a su favor con el democrático sistema de votación, donde lo mismo cuenta el voto de las grandes potencias que el del "Tercer Mundo" futbolístico, donde el 10 es un ícono.
"Falta el Mundial", admitió no obstante Messi, que cambiaría sus galardones individuales por el gran título con su selección. Si el argentino es capaz de levantar la Copa del Mundo en Brasil 2014, el Balón de Oro será, en cualquier caso, otra vez una mera formalidad.