Decidieron olvidar la mala experiencia vivida el año pasado y volver a pasar sus vacaciones en Pinamar. Paulo Budeguer y sus cinco amigos -todos tucumanos y de alrededor 20 años- pasaron varios meses ahorrando para alquilar una casa en una zona más segura que la elegida en 2012, cuando sufrieron dos robos. Pero la delincuencia los siguió y los despojaron de todas sus pertenencias el mismo día que arribaron a esa ciudad balnearia.

Llegaron el 1 de enero a la tarde. Una mujer llamada Mónica los recibió en la puerta para entregarles las llaves de la propiedad, ubicada en calle Tres Gracias 855, por la que cada uno de ellos había depositado previamente $ 2.500. Los jóvenes entraron, acomodaron sus valijas y salieron a buscar un supermercado para comprar la cena. Cuando volvieron, no encontraron nada.

"A cuatro de los chicos le robaron absolutamente todo, a mi hijo le dejaron solamente la ropa y a otro amigo, el teléfono", contó Ana Herrera de Budeguer a LA GACETA. Entre el botín, había prendas de vestir, cámaras de foto, teléfonos celulares, los pasajes de vuelta a Tucumán y todo el dinero que habían llevado para pasar 15 días de vacaciones.

"Lo extraño es que (los ladrones) no rompieron nada para entrar. Retiraron el vidrio de la ventana como si lo hubiese hecho un profesional y sacaron la reja para pasar", explicó la mujer, con indignación. Lo que más le llamó la atención es que dentro de la casa había televisores y electrodomésticos, pero los intrusos sólo levantaron las pertenencias de los turistas.

Vacaciones arruinadas
"Tengo mucha bronca porque los chicos estuvieron ahorrando todo el año para viajar. Encima la persona que les alquiló la casa, que dijo ser tucumana, no se hace cargo de nada, ni siquiera les atiende el teléfono", protestó. La mujer sólo consiguió hablar una vez con Mónica. "Me contestó que vivimos en la Argentina y que estas cosas pasan acá; que ella no puede hacer nada porque es una ciudadana común, sin ninguna influencia local", contó. 

Según dijo Ana, la mujer sólo les respondió un mensaje de texto a los inquilinos, que además se habían quedado sin agua en la vivienda. "Les contestó que vayan a la Policía a pedir custodia", relató.

Los padres de los seis jóvenes tucumanos estaban preocupados por sus hijos. Ayer, Ana aprovechó que una familia amiga viajaba a Pinamar para enviarle un teléfono celular a Paulo y así poder estar comunicada con él. "Una vez más, les arruinaron las vacaciones en ese lugar", lamentó la mujer.