Los vecinos saben que, con el atardecer, llega el momento de asegurar las puertas y ni hacer el intento de salir a la vereda. Desde hace algunos meses -según ellos mismos contaron- el barrio BGH se convirtió en el campo de batalla de niños y jóvenes de dos barrios aledaños (ex asentamientos): San Lorenzo y 1º de Noviembre. Y es en el medio de la plaza donde se libran las peleas, con piedras y armas de fuego.
Pero lo que más enfurece a los vecinos es que ese espacio público es compartido por un edificio de la Dirección de Tránsito de Las Talitas y un destacamento policial donde funciona la Patrulla Motorizada. Pese a la cercanía de la Policía, los desmanes se producen casi a diario. "Hay dos grupos de chicos que han invadido la plaza y se reúnen a tomar alcohol y a drogarse. La Policía no está a más de 50 metros del lugar, pero el comisario nos dice que no tiene personal", se quejó Luis Cobos.
Los tres enfrentamientos más graves ocurrieron la madrugada de Navidad, la mañana de año nuevo y la tarde del martes. "El 24 y el 1 se generó una terrible pelea en medio de la calle, una apedreada total. Eran como 50 de cada bando y la gente que estaba en la calle tuvo que soportar las piedras sin que ninguno de los policías intervenga", denunció el hombre. "Esto no es nuevo, se juntan a la noche y a la siesta a drogarse. Nosotros como vecinos lo sabemos, la Policía también debe saberlo y no actúa", dijo. Miguel Díaz, por otro lado, relató que el 25 a la madrugada las balas iban y venían, a 70 metros del destacamento. "Nadie hace nada, el intendente (Luis Morghenstein) tampoco nos contesta. ¿Cómo puede saber lo que pasa en el barrio si no vive acá? Él es quien debe velar por la armonía y la paz de los vecinos y no se hace cargo", reclamó.
Todos al destacamento
Después de la tremenda trifulca que les tocó presenciar el martes, los vecinos se organizaron y le pidieron una audiencia al jefe del destacamento, comisario Daniel Gómez. La reunión se realizó al día siguiente, donde los vecinos contaron que las piedras volaban y la violencia era incontrolable.
Una mujer que vive frente a la plaza, Teresa de Díaz, quedó en medio de la pelea que se desató esa tarde. "Le rompieron la mandíbula a patadas a un señor como de 70 años, estaba todo ensangrentado. Yo lo llevé a mi casa para asistirlo y me apedrearon el auto, quedó todo abollado", aseguró.
Los vecinos aprovecharon la ocasión para confesarle al comisario que temen salir de sus casas. "Hay atracos y arrebatos; no puedo sentarme en la plaza porque esta gente está tomando y drogándose y nadie les dice nada. Rompen los bancos, los alambrados, los focos, todo", insistió Cobos.
Otro vecino, Hugo Espeche, manifestó que no pueden mandar solos a los chicos a esperar el colectivo porque los asaltan. "Nos roban estando a media cuadra de la Policía, esto no puede ser", reclamó.
El compromiso
Tras una hora de diálogo, el comisario se comprometió a incrementar la presencia policial en la plaza y los alrededores del barrio de manera permanente. "Es fundamental que los vecinos vengan a hablar conmigo y me pongan al tanto de lo que necesitan", dijo a la salida de la reunión.
Gómez reconoció que los jóvenes que vienen de otras zonas molestan a los vecinos del BGH. Sin embargo, su visión del problema es diferente.
"Es verdad que los chicos le tiran piedras a la caseta de electricidad y dejan sin luz a todos, también es verdad lo del martes. Vinieron como 30 chicos del San Lorenzo y del otro lado salieron como 80 del 1º de noviembre. Pero no se confrontan únicamente acá, se confrontan en todas partes", explicó.
En ese sentido, el comisario recordó que lleva tres meses en la zona y aseguró que la situación no es tan grave como se dice. "El único problema grande fue el de ayer (por el martes). El 24 sí hubo un enfrentamiento, pero nunca existió un tiroteo", afirmó. Para calmar los ánimos, repartió su número de teléfono entre los vecinos.