A fines de febrero de 2012 explotó el caso de la ex Ciccone Calcográfica. Laura Muñoz, la esposa de Alejandro Vanderbroele (ex gerente de la firma) en trámite de divorcio, denunció públicamente que su marido es el "testaferro" de Amado Boudou. Días después, el fiscal Carlos Rívolo empezó a investigar al vicepresidente por negocios incompatibles con la función pública y lavado de dinero. El funcionario niega los cargos: "es una mentira total", dijo.

En marzo de 2012 se realiza una investigación sobre Ciccone y sobre Vandenbroele (ya presidente de The Old Fund) quién fue acusado por su esposa por mal manejo de fondos y coimas. En esta investigación se ve involucrado Boudou. Vanderbroele, registrado fiscalmente como monotributista, consiguió ganar una licitación para imprimir 700 millones de billetes de $ 100 a cambio de U$S 50 millones.

Se sospecha que Boudou habría favorecido a un grupo de amigos en negocios con el Estado. Entonces se fue Benigno Vélez del Banco Central, luego de que se conociera que el vice, siendo ministro intercedió ante la AFIP para que la nueva Ciccone Calcográfica, en manos de Vandenbroele, obtuviera una moratoria con un interés y plazos excepcionales.

De ahí en más, la Justicia avanzó con la investigación y Boudou con las críticas hacia los medios, especialmente el Grupo Clarín, en cuyos multimedios Laura Muñoz hizo pública la supuesta relación Boudou-Vandenbroele. También denunció al estudio fundado por el procurador general, Esteban Righi, por aparente tráfico de influencias, y al presidente de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, por un supuesto ofrecimiento de dinero. Poco después, Righi renunció a su cargo.

El 7 de agosto el PEN dictó un DNU para expropiar la Compañía de Valores Sudamericana SA, y el 22 de ese mes el Congreso sancionó la Ley de Declaración de utilidad pública a la empresa y sujeto a expropiación.