Desde que había desaparecido, la búsqueda se había extendido por toda la provincia. Incluso hubo quienes habían dicho que lo vieron por localidades del interior de la provincia. Pero no era él. César David González había tomado la peor decisión, y su cuerpo fue hallado ayer a la mañana en Horco Molle.
González tenía 46 años y trabajaba como cajero en la Caja Popular de Ahorros. Desapareció el 15 de diciembre, cuando salió de su vivienda ubicada en barrio Sur, supuestamente rumbo al trabajo. Pero no se supo nada más de él.
Sus familiares habían comentado, cuando estaban buscándolo, que no pasaba por un buen momento anímico. Estaba depresivo, y a pesar de que había comentado su tristeza a algunos amigos y allegados, nadie imaginó que tomaría una decisión trágica.
El fin de semana, vecinos de diversas localidades habían llamado a la Policía para informar que habían visto a una persona parecida a González. El sábado al mediodía afirmaron que lo vieron merodear cerca de un conocido local comercial, y que una persona le había acercado comida.
También dijeron que lo vieron por las cercanías de García Fernández y de Los Puestos, dos localidades del este de la provincia. Los hermanos de González, Fabián y Germán, pidieron en esa oportunidad que la gente se acerque a hablar con él, para que pudieran encontrarlo.
En la rotonda
Ayer a las 7 la comisaría de Yerba Buena recibió un llamado en el que le alertaban del hallazgo de un cuerpo entre la rotonda del pie del cerro (donde finaliza la avenida Aconquija) y la avenida presidente Perón. Estaba en una zona de árboles, a unos 30 metros hacia el oeste de la calle, cuyos terrenos pertenecen a la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
El hallazgo fue realizado por unas personas que caminaban por el lugar, y que se adentraron en esa zona boscosa, según confirmó el segundo jefe de la comisaría de Yerba Buena, Víctor Fernández. Por el estado en el que se encontraba el cuerpo, los peritos creen que habría fallecido al menos hace 10 días.
El fiscal de Instrucción de la V° Nominación, Washington Navarro Dávila, que tenía a su cargo la búsqueda de González, llegó al lugar alrededor de las 8.30, al igual que el jefe de Policía Jorge Racedo. Los hermanos del empleado de la Caja Popular fueron los encargados de realizar el reconocimiento, luego de que trabajara la Policía Científica y la división Criminalística.
El llanto y la desesperación de los familiares y amigos de González se apoderó de la escena. En la Caja Popular, durante toda la mañana, había congoja por la noticia del deceso.
Fuentes de la investigación comentaron que a los hermanos de González les llamó la atención la vestimenta que tenía, ya que no sería la misma que usaba al momento de desaparecer. Al salir de su casa el 15 de diciembre tenía un pantalón vaquero desgastado color azul, zapatillas de color blanco y rojo, una remera y una mochila de color negra con gris.
Ese bolso estaba en el lugar, al lado del cuerpo. De acuerdo a lo comentado por la fuente consultada, en el interior de la mochila habrían estado las pertenencias de González y varias cartas que habría escrito a sus familiares, en las que se despedía.