BUENOS AIRES.- Repentina y sin aviso. La cumbre más esperada de todos los hinchas de Boca llegó como un regalo de las fiestas.  El lugar: la casa de Carlos Bianchi. Los protagonistas: el DT, Daniel Angelici y Juan Román Riquelme. Sí, el 10 que había asegurado que nunca más volvería a vestir los cortos auriazules se reunió para ultimar detalles de lo que ya sería un hecho: su regreso.

En todo esto, después de los enfrentamientos del ídolo "xeneize" con los actuales dirigentes y el saliente DT, Julio Falcioni, hubo un punto de inflexión que terminó inclinando la balanza en favor de la vuelta y ese no fue otro que el tercer ciclo al frente del equipo que hace días inició el "Virrey". El técnico más ganador de La Ribera fue el cebo primordial para que Román decline su postura. Su relación casi de padre-hijo con Bianchi pudo más y a partir de ayer todo quedó encaminado para la concreción que miles de hinchas alrededor del país pidieron a gritos, a puros banderazos.

"Siempre fui optimista" dijo Angelici ni bien salió del meeting, avisando que se trató de la primera reunión del trío, pero derrochando esperanza, como sabiendo que de ninguna manera Román desistirá del retorno. No dijo más.  Riquelme, fiel a su estilo, sólo comentó: "viene a tomar mates con Bianchi". Pero las que trascendieron fueron sus ganas para estirar el contrato que aún mantiene con el club, de junio de 2014 hasta el mismo mes de 2015, año en que finalizará el vínculo del "Virrey". No hay dudas, el 10 mordió el anzuelo. Va con Bianchi a todos lados. (Especial)