"En mis programas solo he revelado el 30% del contenido de la información que manejo. Ahora es el momento de mostrar el 70% restante. Ofrezco ahora lo que jamás conté en televisión ni en radio y lo que nunca escribí en diarios ni revistas".
Así de auspiciosa es la presentación de "Toda la verdad y nada más que la verdad. Los Expedientes V", el último libro de Luis Ventura, de editorial Planeta. El párrafo, impreso en la contratapa, parece haber tenido inmediato efecto: decenas de tucumanos han elegido los chimentos del periodista de espectáculos como el regalo perfecto para esta Navidad. "Fue uno de los más vendidos, está dentro del top ten", señaló Carolina Frangoulis, de la librería "El Griego". De acuerdo con esa tendencia, se perfila también como la lectura preferida (y bastante rápida, hay que agregar) del verano.
El libro es un collage de chismes, aunque no todos tan inéditos como Ventura promueve. En algunos casos, como en el repaso del affaire de Juana Viale y Martín Lousteau, lo único nuevo que cuenta es cómo su revista, "Paparazzi", se enteró de la noticia y corrió a sacar la foto que la confirmara. Muchas veces, incluso, sugiere primicias (como que, al igual que su amiga Jazmín de Grazia, la modelo Paula Chaves es adicta a las drogas), pero no llega a ratificarlo, y deja al lector sumido en la incertidumbre.
Pese a estos deslices, es innegable que Ventura cuenta con un archivo sin igual en el universo periodístico -se sabe que le destina a estos documentos un cuarto especial en su casa- y que ha dado un paso adelante al abrirlo para destapar romances y traiciones ocultas, la relación de algunos mediáticos con la droga y los nombres de la prostitución vip, entre otros. Aquí, algunos fragmentos de sus expedientes reveladores.
"Son cosas que pasan"
Marcelo Tinelli recomendó a Guillermina Valdés que hablara con Evangelina Salazar para que fuera esta quien le contara a Sebastián Ortega la noticia de su romance. Evangelina escuchó dolorosamente en silencio lo que le decía su ex nuera y fue ella, con toda la ternura y la resignación de la que puede ser capaz, quien habló con su hijo. La comunicación solo duró un puñado de minutos. Los dos lloraron. "¡No lo puedo creer!", repitió una y otra vez Sebastián. Ni bien cortaron, él con sus sentidos llenos de ira, marcó el celular de Tinelli, que meditó antes de atender, sabiendo que lo iban a llamar, y después de escuchar una andanada incontrolable de insultos, solo atinó a decir: "Seba, son cosas que pasan".
Los amores de Alfano
Yo confirmé el affaire de Graciela Alfano con Emilio Massera. No olvidemos que la manera de prostituirse no solo pasa por el pago de un "arancel". A veces se ofrece a cambio un programa de televisión, coches importados, un departamento... O ser protagonista de películas. Hay que ver cuantas películas filmó durante la última dictadura Alfano, que, seamos sinceros, no interpreta nada bien, se limita a mostrar el c... y las t... En la ficha amorosa de Alfano hay gobernadores, jefes de gobierno, empresarios muy acaudalados, futbolistas... Massera no fue el único militar, hubo también un coronel en Canal 11 que facilitó su desembarco en cuanto papelucho y relleno había en la programación.
Acerca de las cirugías
Susana Giménez recurrió a una cirugía corporal general que le provocó infecciones durante el postoperatorio, lo que la obligó a estar seis meses sin aparecer en público. También tiene una importante cicatriz debajo de la nariz, de la que no se habla. Para otros, la cirugía sirve para enmascarar hechos. Raquel Mancini enmascaró con una cirugía la interrupción del embarazo que llevaba de un ministro del Interior. Wanda Nara le pidió a su padre las lolas como regalo de 15 años. Después las utilizó muy bien para aprobar materias en el colegio. Diego Maradona no aceptará en público que se hizo una cirugía de frente y de cejas. ¿Recuerdan que aparecía con una vincha? ¿Y que se da unas biabas tremendas en el cabello?
La foto del escándalo
Un fotógrafo de Paparazzi, el Gitano Córdoba, observó que Juana Viale hablaba por su celular. En lugar de bombardearla a fotos, evitó mostrarse y la empezó a seguir. Como a las 10 cuadras, Viale dobló por un pasaje, detuvo su auto y se quedó adentro. De pronto se abrió la puerta de un edificio y apareció un flaco con pelo ondulado que se subió al coche. El Gitano calibró el lente. Sin duda, no era Valenzuela. Siguió mirando a través de su cámara y se dio cuenta de que había algo entre los dos. Y entonces cayó: ¡el que estaba con Juana era Martín Lousteau! El fotógrafo aprovechó que estaba pasando un camión de residuos, lo frenó y le pidió: "haceme sombra". Fueron 146 fotos en total.
El dormitorio del sexo
Alberto Rodríguez Saá siempre fue un degustador de mujeres. Una vez fui invitado por el entonces gobernador de San Luis a su residencia, en la cima de la montaña. En un determinado momento, me llevó a uno de los cuartos, "el dormitorio del sexo y el pecado". Una habitación amplia, bien diseñada, muy colorida, con una cama en el centro rodeada por espejos. Ahí me invitó a salir al balcón que daba a una ladera montañosa. Una vista impresionante. En ese balcón es donde al Alberto le gusta mantener relaciones sexuales con su pareja de turno. Apuesta al sexo salvaje y natural. Le apoya la cola sobre el borde de la baranda a su acompañante y él se queda de pie, lo que le permite mirar el paisaje.
Los hombres de Mirtha
Mirtha Legrand no fue ajena a la seducción de otros hombres (aparte de Daniel Tinayre). Quedó deslumbrada por un jugador de fútbol. Roberto "Conejo" Tarantini había participado en uno de sus almuerzos. A la salida, tuvo un problema con su vehículo. Entonces, Mirtha lo alcanzó con el suyo y se produjo un enamoramiento instantáneo. Pero no fue el único hombre con el que se la vinculó. Se fantaseó con Alfredo Alcón, que estaba casado con Norma Aleandro. Ella se enojó conmigo porque yo había dicho que ella y Héctor "el Bambino" Veira eran amantes. La historia cuenta que él la pasaba a buscar a la madrugada: solo sexo. También se dijo que había tenido un approach con Carlos Monzón.
El trauma del baño
Para Florencia de la V, el del baño siempre ha sido un tema de atención en la mirada de la gente. Cada vez que ella se levantaba dirigiéndose a los baños, las miradas no dejaban de posarse sobre sus espaldas. Recuerdo que una noche fuimos a cenar a una parrilla y en ese festejo vino con su pareja, Pablo Goicochea, cuando todavía eran novios. En aquella ocasión, Florencia ingresó al baño de damas y fue todo un comentario de las mesas que no eran de Paparazzi. Recientemente compartí con ella una fiesta en el hotel Sheraton, donde una señora armó un escándalo en el baño de damas, porque no quería compartirlo con Florencia. La intolerancia, la actitud pacata y antigua de mucha gente, permanece.
La gallina degollada
"Cacho" Castaña pasó un tiempo muy vinculado al mundo del esoterismo y de las ciencias adivinadoras. Montó un consultorio en pleno centro de la Capital Federal, donde no solo hacía lectura del futuro, sino también el famoso jogo de búzios, una técnica adivinatoria con caracoles que se arrojan sobre un paño, y sus dibujos van marcando la suerte del cliente. También tiraba las cartas del Tarot. Y cobraba muy buen dinero. Cuando atravesaba un serio momento de depresión, encontró refugio en el rito Umbanda. Se convirtió en Pai. Visité su casa, donde tenía su propio templo, y lo primero que vi fue una gallina degollada, con la sangre aún chorreando, que implicaba que estaba haciendo un "trabajo".
Quemada por la droga
Jazmín De Grazia estaba encaminada a la muerte. Se percibía en las últimas notas, lo dije públicamente en televisión: el consumo la tenía quemada. No pongo en duda el cariño ni el amor de su familia, pero sí la atención a los gestos, a las señales que pudo dar una adicta. Su independencia desde muy joven, las comunicaciones esporádicas, los encuentros distanciados en el tiempo no ayudaron. Jazmín fue modelo desde muy joven: empezó a formar parte de desfiles, de fiestas, de eventos, del "tercer tiempo", como se dice en el rugby. Porque el eje no estaba en subir a una pasarela o en hacer una publicidad, sino en los excesos que la fueron llevando hacia la cocaína y los potentes cócteles de drogas.
Juan amaba a Ricky
En 1995 yo era el productor periodístico del programa "Paparazzi", en Telefe. Llegaba Ricky Martin al país y fui personalmente a cubrir la nota, porque temía que los cronistas no lograsen llegar hasta él. Llegué muy temprano al aeropuerto y lo primero que hice fue ubicar la entrada por donde pasaría, ya que tenía el dato de que había reservado un VIP. Me acerqué a la sala, abrí la puerta y cuando miré, vi que Ricky Martin estaba besándose con Juan Castro, que en aquel momento trabajaba como periodista de Telefe. Se dice que fue un gran amor. Ricky Martin estuvo a punto de llevarlo a Miami, una relación maravillosa, que llegó a quedar registrada en algunos temas musicales.