De poco te va a servir cuidarte con las comidas en la cena de fin de año si no tenés en cuenta las calorías que contiene la bebida. Solo en la cena podés llegar a incorporar 1.400 calorías nada más que en bebidas (aperitivo, vino para acompañar la comida y el champagne del brindis). Sumada la comida, te da las 2.000 calorías que necesita una persona por día para mantener el peso. Los datos fueron proporcionados por la nutricionista cordobesa Susana Aranda.
"El valor calórico de la bebida varía según la graduación alcohólica. Las destiladas aportan más calorías porque tienen mayor graduación alcohólica. Y las que llevan azúcar, como los vinos dulces o los espumantes, suman todavía más", advierte Aranda.
La especialista explicó que gran parte del alcohol que ingerimos se absorbe en el estómago, y el resto, en el intestino delgado, por lo tanto el aporte calórico del alcohol -7 calorías por cada gramo- se produce antes que el aporte calórico de la comida en sí misma, ya que a la comida le lleva más tiempo la digestión.
"Cuando el cuerpo dispone antes de las calorías del alcohol, utiliza primero esa fuente calórica. Por ende, después no necesita las calorías de la comida (hidratos de carbono y grasas). El alcohol se transforma en un sustituto de fuente calórica y no se usa la grasa como combustible, esta se almacena y se guarda como tejido adiposo", añade.
"Por eso está el famoso dicho de que 'el alcohol fija las grasas': en realidad el alcohol es un 'ahorrador' de grasas", destaca.
Opciones
Aranda sugiere que se ingiera la menor cantidad de calorías líquidas durante los festejos. Se puede, por ejemplo, acompañar la comida con una gaseosa light o una copa de vino que no sea tan completa (dos tercios de la copa) y dejar la cuota de alcohol para el brindis. Además, evitar la previa, el fernet con cola y los tragos.
Por otra parte, como hace calor y se consumen alimentos salados, esto causa sed. "Si aplacamos la sed con bebida alcohólica sumaremos muchísimas calorías. Hay que hacerlo con agua, soda o con alguna bebida gaseosa cero calorías", recomienda Aranda.
La nutricionista subraya que es posible pasarla bien sin caer en desbordes ni estar en un estado de alcoholización o semi-alcoholización.
Un desafío
"Se pueden hacer jugos riquísimos multivitamínicos, lo que no quiere decir que sean bajos en calorías porque está concentrada el azúcar de las frutas. De todas maneras es mucho más sano y se puede usar esa variante diluida con agua o con hielo", aconseja. "Y lo ideal es no hacer mezclas, ya que esta suele producir más daño hepático y más molestia digestiva", advierte.
"Resumiendo, hay que hacerse la idea de sacarse la sed con bebidas sin azúcar, dejar la parte de alcohol para un acompañamiento de la comida, tomar mucha agua en medio de las comidas, y hacer una buena depuración al día siguiente. Es un desafío a la disciplina y a la voluntad, y reconocemos que no es nada fácil. Pero por lo menos podemos decir 'voy a tomar menos que la vez pasada; esta vez me voy a medir'. Esto ya es una medida de moderación", comentó.