Es necesario repensar tradiciones y costumbres muy arraigadas en la gente, como el uso abusivo de pirotecnia en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. La manipulación de cohetes deja un gran porcentaje de heridos graves, y los más afectados son niños de entre 5 y 14 años. "Pido a los adultos que sean responsables y terminantes en este tema: pirotecnia cero para celebrar en paz y no terminar en la guardia de algún hospital". La tajante advertencia pertenece al ministro de Salud de la Nación, Juan Luis Manzur. Sostiene sus dichos en los centenares de casos de quemaduras, lesiones oculares y problemas auditivos -muchos de ellos irreversibles- que registran los hospitales públicos nacionales en estas fechas.
"¿En qué cabeza cabe seguir exponiendo a los más pequeños a riesgos severos que comprometen su integridad física?", se preguntó el funcionario, y aclaró que si un adulto desoye las recomendaciones y utiliza elementos de artificio, es imprescindible que lo haga tomando las mayores precauciones, que evite la presencia de niños en el área donde manipula cohetes y fuegos de artificio, aun los que parecen inofensivos.
Según datos del programa Salud Ocular y Prevención de la Ceguera de la cartera sanitaria, las zonas del cuerpo más afectadas en los accidentes por pirotecnia son las manos un 40%, los ojos un 20%, y la cabeza y la cara otro 20%. El 20% restante afecta otras partes del cuerpo.
"Quemaduras y heridas graves y hasta la pérdida de la vista y el oído son cuestiones perfectamente evitables si los mayores tomamos conciencia e impedimos que los chicos manipulen o se acerquen a quienes encienden cohetes, cada vez más potentes", agregó Manzur.
Impedir que los chicos prendan cañitas voladoras o bengalas reducirá sensiblemente las consecuencias -muchas veces discapacitantes- en la salud de nuestros hijos", advirtió el ministro.
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Responsabilidad de los adultos
En ningún caso permitás que los niños tengan contacto con artículos pirotécnicos. Solo deben observar de lejos. Si te gustan las explosiones y los fuegos de artificio fijate bien al comprar: no elijás material trucho por más barato que esté. Comprá productos autorizados y encendelos lejos del grupo familiar, preferentemente en lugares abiertos del jardín.
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No guardés cohetes en los bolsillos
Muchos accidentes se producen por negligencia, antes de activarlos. Es peligroso que guardés cohetes en los bolsillos o que los expongás a fuentes de calor, porque pueden explotar cuando menos lo pensés. Encendé un elemento por vez y luego retirate a una distancia prudencial (no menor de tres metros) para evitar cualquier percance.
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Lejos de elementos combustibles
Antes de activar fuegos de artificio proyectables (cañitas, cohetes, buscapiés, etcétera) fijate que no se dirijan o apunten hacia personas, construcciones, elementos combustibles o árboles frondosos. Si algún producto no explota, no lo toqués de inmediato aunque su mecha parezca apagada. Esperá un tiempo prudencial o arrojale agua de lejos.
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La bomba de estruendo puede dañar la audición
En esta época las guardias de los hospitales trabajan a full. Quemaduras en la piel, lesiones oculares con el corcho de la sidra, del champagne o de la estrellita que lesiona la córnea... Otros manifiestan la sensación de oído tapado, confusión, ruidos en la cabeza y, hasta hay quienes llegan a la consulta médica con los oídos sangrando. Presentan lo que los médicos denominan "trauma acústico agudo", y frecuentemente es ocasionado por la explosión de bombas de estruendo y otros artículos pirotécnicos. "En la consulta diaria muchos pacientes recuerdan el inicio de su sordera y lo asocian al estallido de un petardo en las fiestas de fin de año. La gente debe saber que toda deflagración que genere un sonido superior a los 90 dB (decibeles) puede perjudicar la audición. La explosión de una bomba doble mecha provoca un ruido estridente de 140 dB; un mortero, 145 dB, mientras que una bomba de estruendo más de 150 dB", alertó la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos, e instó a usar pirotecnia de baja intensidad sonora y a mantenerse lejos de la explosión para evitar traumas acústicos graves y hasta irreversibles.
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Protegé los oídos de los chicos
Si vas a usar bombas de estruendo o productos de gran explosión es conveniente que protejás los oídos de los niños, especialmente de los bebés, con tapones del tipo de los que se usan para la práctica de natación. De este modo no solo evitarás daños auditivos sino también que alguno de los más pequeños se asusten.
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Usá productos de venta autorizada
Antes de comprar artículos pirotécnicos constatá en sus etiquetas si están controlados y autorizados por la Dirección General de Fabricaciones Militares. Además, el comerciante que venda estos productos también debe exhibir la autorización para hacerlo, conforme a la reglamentación vigente para materiales explosivos.
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La intoxicación también es un riesgo
La responsabilidad de los niños recae en los mayores. Por eso mantenelos vigilados y lejos del alcance no solo de los cohetes sino de cualquier sustancia inflamable o tóxica. En un descuido los más chiquitos pueden abrir algún cohete que se le cayó a un adulto, llevarse luego la mano a la boca e intoxicarse con plomo, azufre y pólvora que contienen estos artículos.