BARCELONA.- Artur Mas fue reelegido presidente del gobierno de Cataluña por el Parlamento de esa región del noreste de España, en la que el líder nacionalista ha abierto un desafío secesionista y pretende celebrar en 2014 un referéndum de autodeterminación.

Mas fue respaldado en su investidura por 71 de los 135 diputados de la cámara: los 50 de su coalición nacionalista Convergència i Unió (CiU) y los 21 de los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con los que ha llegado a un pacto de gobierno, cuyo acuerdo principal es la celebración de la consulta independentista en 2014. El líder nacionalista, de 56 años, tomará posesión del cargo el próximo lunes, y formará gobierno el jueves.

El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, que se opone frontalmente a un referéndum de autodeterminación que considera fuera del marco de la Constitución española, votó en contra de la investidura de Mas, igual que el resto de las formaciones de la oposición.

"No me vengan con constituciones, porque saben que las constituciones, si es necesario, se cambian y siempre se interpretan", defendió Mas en la cámara su apuesta.

La Constitución "se cumplirá y se hará cumplir", le respondió la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

CiU y ERC alcanzaron un pacto que garantizó la segunda investidura del líder catalán, cuyo acuerdo central es la consulta soberanista que el Ejecutivo de Rajoy ha asegurado que impedirá con todos los instrumentos legales que tiene a su alcance. Antes de la consulta, CiU y ERC pretenden sentar juntos las bases de un futuro Estado catalán, con instrumentos como una Hacienda y un banco público propios, entre otros proyectos.

ERC apoyará a Mas en el Parlamento regional, donde CiU carece de mayoría absoluta, pero no entrará en el gobierno catalán. Además de fijar fecha para la consulta, algo a lo que inicialmente se resistía, Mas tuvo que transigir e incluir en su horizonte gubernamental subidas de impuestos defendidas por ERC. Mas debió recurrir a ERC para su investidura y para poder contar con estabilidad durante su mandato porque en los comicios autonómicos del 25 de noviembre, que él adelantó en dos años en busca de un aval de los catalanes a su desafío independentista, su partido perdió 12 escaños y, con 50 diputados, se quedó lejos de la mayoría absoluta perseguida. Los independentistas de ERC doblaron por su parte su representación, obteniendo 21 diputados frente a los diez con los que contaban. (DPA)