Qué es.- Champagne es el nombre del vino que se elabora siguiendo el tradicional método champenoise exclusivo de la región de Champagne (Francia). Se trata de un vino prefermentado que se hace con uvas especiales en zonas altas.

Enfriado.- Lo más recomendable es beberlo a una temperatura de 4 a 6 grados. Los especialistas sostienen que la mejor forma de enfriarlo no es en el freezer. Si se lleva la botella a la heladera, es mejor ponerla en los estantes inferiores. La manera ideal de enfriar las botellas es utilizando un balde con agua, hielo y una cucharada de sal.

Las copas.- Las mejores son las que tienen forma de tulipa, de cristal o vidrio transparente. Tomándola del tallo se evita que el calor de la mano altere la temperatura del champán. Su diseño impide la inmediata expansión de las burbujas y conserva todo su perfume. Para servirlo, hay que poner un poco de la bebida para que forme espuma y luego se completa hasta los dos tercios de la copa, sin inclinarla.

Cuidados.- Con respecto a su conservación, lo mejor es que las botellas reposen acostadas para que el corcho, en contacto con el líquido, impida todo intercambio con el exterior. Si la botella está de pie, el tapón pierde elasticidad y facilita fugas de gas, así como de aromas. Las botellas deben estar resguardadas de la luz y deben conservarse en lugar fresco, sujeto a mínimas variaciones de temperatura.

¿Espumante con hielo?- Dicen que los cubos de hielo en las copas distorsionan el sabor del champagne. Para quienes les gusta tomarlo así hay una opción: se trata de un demisec de la maison francesa Moët Ice Imperial. Esta bebida, una mezcla especial, conserva sus propiedades incluso si se le agrega un hielo para mantenerlo fresco.