BUENOS AIRES.- Al que madruga, Dios lo ayuda. Sino, que lo diga Independiente, que le empezó ganando a River casi desde el vestuario, con el sorpresivo gol de Hernán Fredes y después terminó empatando el trámite, cuando River lo había dado vuelta. Fue 2 a 2.
El volante despertó de entrada y avivó la fiesta de los de Avellaneda. El equipo, necesitado de puntos y de promedio, se medía con un rival directo en el tema y por eso la importancia en el triunfo. Sin embargo, el "millonario" reacció a tiempo. Primero con Jonathan Botinelli, que empató y conquistó por primera vez con la camiseta de "la banda". Después, con un lujo de Carlos Sánchez: el uruguayo capturó un rebote al borde del área y de media tijera baja la clavó en el arco. 2-1, partidazo.
Pero cuando River lo dio vuelta, el local volvió a despertarse. Un revuelo en plena área chica terminó con una pirueta de Leonel Galeano abajo del arco, y esa pelota terminó adentro. Era el empate merecido para el "diablo".
Ahí murió el resultado, Independiente tuvo las más claras para terminar de remontar la historia, pero Daniel Vega respondió bien y en otra oportunidad lo ayudó la suerte (Luciano Leguizamón había marcado de cabeza, pero en off side).
En la repartija de puntos el favorecido fue River, que no está tan complicado como el "rojo", pero que también se quedó con las ganas de algo más. LA GACETA©