Toda persona física o jurídica que realice la aplicación de plaguicidas en el ámbito de la Provincia, por cuenta propia y de terceros, tendrá la obligación de contar con la "receta agronómica", confeccionada por un ingeniero agrónomo.
Entre otros requisitos, el profesional deberá estar matriculado en el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Zootecnistas de Tucumán.
Y aquí empiezan algunos de los problemas, ya que hay muchos profesionales que no están registrados, tanto en el sector privado como en el sector público.
"En el sector privado, hay muchas empresas que trabajan con ingenieros agrónomos, pero no están matriculados en el colegio profesional ni inscriptos en la Dirección de Agricultura de la Provincia de Tucumán", comentó el ingeniero Julio César Vallejo, especialista en manejo de agroquímicos y docente de la Facultad de Agronomía y Zootecnia (FAZ) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
"Y en el sector público ocurren cosas similares, tanto en la administración provincial como municipal. Por ejemplo, hay ingenieros agrónomos en la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán, donde todos los que trabajan con agroquímicos están matriculados en forma obligatoria", describió.
"Esto marca el compromiso del organismo, en cuanto a respetar las normas y reglamentaciones vigentes, y ratificar que sus profesionales cumplan con las normativas vigentes", agregó.
La disposición final de los envases que contenían los agroquímicos es otro de los problemas sobre los que trabaja la Comisión Fitosanitaria Provincial.
"La Ley de Envases está muerta; están trabajando para actualizarla. Por eso, en la receta agronómica se registrarán los detalles del plaguicida a aplicar", mencionó.