Los desmontes, la extracción de áridos del río Muerto y el daño que ocasionan los deportistas que cruzan el cerro en bicicleta y en motos han sido tema de discusión entre la Universidad y el Ministerio de Desarrollo Productivo. Ayer firmaron un acuerdo para la protección del Parque Sierra de San Javier, propiedad de la UNT.
Esta reunión se concretó luego de que la Facultad de Ciencias Exactas realizó un informe preliminar sobre la situación de la extracción de áridos en el río Muerto. El texto y los datos que arroja no fueron dados a conocer porque las conclusiones son de carácter preliminar, pero el rector confirmó que fue la Universidad la que encargó el estudio.
En el ámbito de la UNT se lo denomina "informe Pagani", por Sergio Pagani, decano de la Facultad de Ciencias Exactas, quien también participó del encuentro de ayer. En la mesa de discusión estuvieron el rector, Juan Cerisola, la vicerrectora, Alicia Bardón, el ministro de Desarrollo Productivo de la Provincia, Jorge Feijóo, y el director de Bienestar Universitario, Mauricio Argiró.
Se acordó la conformación de una comisión que trabajará para proteger la reserva natural. La UNT posee el 70% de la porción verde del cerro. Muchas empresas y el municipio de Yerba Buena extraen áridos para obras de infraestructura.
"La universidad autoriza la servidumbre de paso (por la reserva) a los que van autorizados por la Provincia, pero se sabe que hay muchos más que extraen áridos sin permiso", señaló Cerisola.
Los deportistas
El rector apuntó a la acción depredadora de los deportistas que recorren esa zona a diario por senderos que arma el tránsito de bicicletas. "La depredación que implica el uso abusivo de quienes practican aventuras en motos y bicicletas es muy grande, aunque ellos digan que no", sentenció. Esta comisión controlará eso y la ocupación de terrenos de forma irregular que se hace en el parque.
Cerisola destacó que tanto la UNT como el Ministerio de Desarrollo Productivo están trabajando en temas vinculados con la conservación de la flora y la fauna de las yungas tucumanas. Por eso decidieron intercambiar información y aunar esfuerzos.
El parque posee 14.174 hectáreas, de las cuales el 80% corresponden a áreas protegidas. El intenso crecimiento inmobiliario de Yerba Buena viene conspirando contra la reserva natural. Pero las cifras de la depredación -por ejemplo la cantidad de áridos que se extraen a diario- no se revelaron.