Como es costumbre en las épocas de calor, la AFA dictaminó que desde el 12 de noviembre pasado y hasta el 15 de marzo de 2013 no se podrán programar partidos antes de las 17. Los horarios de los entrenamientos de cada equipo quedan a criterio de cada cuerpo técnico, y en el caso de Atlético decidieron, de alguna manera, apegarse a la regla de puertas para adentro y adelantar sus entrenamientos a las 8.30. De esa forma trabajarán con un sol menos agresivo.

La decisión fue tomada casi en conjunto con el plantel que hasta llegó a solicitar empezar más temprano. Cuenta Heraldo Rodríguez, preparador físico del equipo, que hace unas semanas intentaron poner en práctica lo que empezará en el ensayo de hoy pero el loco clima les jugó una mala pasada. "Ese día hizo calor pero después volvió el frío", dijo.

La idea principal es evitar que la actividad se extienda hasta las 12, una de las horas más perjudiciales, algo que sí pasaba hasta días como ayer y como la mayoría de las sesiones matutinas, que arrancaban a las 9.30. Los mismos jugadores avisaron que a la última media hora llegaban agotados. La medida además incluye la eliminación de los entrenamientos vespertinos, al menos por ahora. Carlos Maldonado, médico especialista en medicina del deporte, apoya la moción y observa que Atlético va por el buen camino. "Lo correcto sería no entrenar entre las 11 y las 17. En esa franja hay una gran deshidratación y por más que tomés agua no lográs reponer los fluidos perdidos", dice el profesional y asegura que los tucumanos, por su condición, sí deberían estar más acostumbrados a estas temperaturas pero como no necesariamente un equipo es sólo de tucumanos, la ventaja no siempre se concreta.

El tema de la hidratación es fundamental y Maldonado señala que el agua no es suficiente: "deben ser bebidas especiales. En Europa se usa un suero pero hablamos de un altísimo rendimiento", dice.

Al que no se le ocurre quejarse del calor es Ricardo Rodríguez, quien usa campera en absolutamente todas las prácticas, no importa cuántos grados sacudan a la mañana. "¡Hay que sufrir en la vida!", gritaba luego de un entrenamiento mientras las gotas de sudor le caían por la frente, como en la mayoría de las entrevistas. La nueva medida es justamente para evitar el sufrimiento, pero el concepto, más allá de todo, se entiende fuerte y claro.