Se parecen físicamente y hasta comparten el mismo puesto en la cancha. Sin embargo, todos los que algunas vez pensaron que Rolando Schiavi era un jugador rústico es porque no vieron a su hermano Leandro. Este fin de semana, el calco del "Flaco", que juega en Huracán de Arribeños, llegó a todos los diarios del país no por sus cualidades futbolísticas sino porque le pegó una patada en la cara al árbitro Darío Funes, mientras estaba en el piso, que había osado con expulsarlo. El escándalo desatado después de la "burrada" con sello Schiavi provocó la suspensión del partido, que ganaba Jorge Newbery de Junín, en una ignota liga del interior de la provincia de Buenos Aires. LA GACETA ©