A los 30 años, Inés es una abuela que pasa sus días plácidamente en la Reserva Experimental de Horco Molle (REHM). La tapir hembra y un yacaré que cruza la barrera de los 20 años son los animales más viejitos protegidos en la institución que depende de la Facultad de Ciencias Naturales (UNT) e Instituto Miguel Lillo.
"En una época se cazaba a los tapires para comerlos o como deporte", explicó Juan Pablo Juliá, director de la reserva. A ello se debe su paulatina desaparición, y también a las bajas tasas de reproducción. La gestación dura entre 13 y 14 meses y nace solo una cría.
La reserva trabaja desde hace 26 años en la conservación ex situ de la especie. Actualmente, Inés es la única que permanece en un recinto cerrado. Pero una familia de siete tapires circula en libertad por el predio. "Somos la segunda institución en el país en la que nacieron más crías en cautiverio", comentó Juliá. La primera es la reserva Roque Sáenz Peña, de Chaco.
Como el jabalí
El tapir es el mamífero autóctono más grande de la Argentina, del orden de los rerisodáctilos; tiene el tamaño de un jabalí, cuatro dedos en las patas anteriores y tres en las posteriores. La nariz se prolonga en forma de una pequeña trompa. Su carne es comestible.
En América se conocen tres especies diferentes. Una se ubica en América Central, la segunda aparece en Venezuela y Colombia y las sigue la especie autóctona del norte argentino.
En estado salvaje pueden vivir hasta 15 años, aproximadamente, y en cautiverio un poco más. "De hecho, Inés, es uno de los mamíferos más viejos del país que sobrevive en una reserva", contó el director. La especie está emparentada con los caballos y los rinocerontes, aunque por su aspecto se parece más a un pequeño elefante. Es muy robusto y su peso varía entre los 200 y los 300 kg. Le gusta mucho la sal: en la reserva le ofrecen ladrillos de sal.
"Habitan las áreas selváticas. Se los llama los arquitectos del bosque porque modelan el paisaje. Se alimentan de árboles jóvenes y de muchos frutos. Son los responsables de desperdigar las semillas", explicó Juliá. Gran parte de la composición florística del bosque depende de ellos. Esa es otra razón por la que su presencia es vital para el ecosistema.
En otros países estas especies arquitectas son los elefantes, los conejos (en Escocia) y los castores.
Poblaciones escasas
El tapir sobrevive en poblaciones reducidas en el norte: ocupa el este de las provincias de Salta y Jujuy, el límite noreste de Santiago del Estero y norte de Formosa, Chaco y Misiones. Ya no quedan ejemplares en Corrientes, Entre Ríos y Tucumán, salvo los que están dentro del perímetro de la reserva.
El Grupo de Especialistas de Tapires (GET) integrado por zoológicos, direcciones de Fauna provinciales, varias ONG, grupos de investigadores y universidades trabaja con el objetivo de la conservación in situ y ex situ de la especie y en la concientización sobre su importancia.
El 18 de noviembre fue declarado el Día Nacional del Tapir porque fue la fecha en la que se reunió por primera vez el grupo. Durante esta semana se dictaron charlas en la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, en la Facultad de Bioquímica y en la de Agronomía y Zootecnia acerca del manejo, conservación y sanidad de la especie. También se dictará la charla "Conociendo al tapir" destinada a los alumnos de escuelas primarias y secundarias. Para mañana y el domingo, de 9 a 19, la reserva de Horco Molle ha preparado varias actividades destinadas al público en general. Para los chicos se organizó un espectáculo de títeres y juegos didácticos. Además se abrió un espacio artístico llamado "Danos una mano para conservar al tapir" con la construcción de un mural. Habrá música y una exposición de fotos y dibujos. Son buenas excusas para conocerlos de cerca, en especial a la abuelita Inés, y, además, para tomar conciencia sobre el cuidado de la fauna.