En menos de un año, Nicolás Triviño recibió dos golpes que lo dejaron al borde del nocaut. Recibió los impactos, sufrió en silencio, pero sacó a relucir el temple de los elegidos para superar el mal momento. Y ahora, sólo piensa en volver a jugar. No hay mal que dure 100 años y el defensor de los "santos" lo sabe mejor que nadie.

El mendocino fue operado con éxito de la rotura de ligamentos cruzados en su rodilla derecha y hace una semana comenzó con la recuperación. "Por suerte ya pasó lo peor. Estar junto a mis compañeros me ayuda a despejar la cabeza. Además, quiero hacer la rehabilitación al pie de la letra para volver lo antes posible", afirmó el hombre que estuvo a un paso de tirar la toalla. "Cuando supe de la lesión, me fui a Mendoza con la idea de largar todo. No entendía que con 23 años haya sufrido estos dos golpes. Le dije a mi familia que iba a dejar el fútbol. Pero por suerte ellos me convencieron de que no debía darme por vencido. Y por eso, hoy estoy con más fuerza que nunca", reveló.

El dolor de no poder estar dentro de una cancha de fútbol vuelve una y otra vez. Es una daga clavada en su corazón y "Nico" quiere sacársela cuanto antes de encima. "Mi cabeza tiene una idea fija. Sólo pienso en volver lo antes posible a jugar. Soy feliz dentro de una cancha de fútbol y quiero poder volver a disfrutar de hacer lo que me más me gusta. La ansiedad me mata, pero soy consciente de que no debo volverme loco porque es lo peor que me puede pasar", explicó el defensor, admitiendo que aún queda Triviño para rato. "Lo que me consuela es que aún soy joven y, si Dios quiere, me quedan muchos años por delante", enfatizó.

Según Triviño, un año sin jugar es el infierno mismo. La espera se hace eterna pero lo que más pesa es no poder ayudar a sus compañeros en la lucha diaria. "Soy el hincha número uno de este plantel. Siempre estoy apoyando desde el lugar que me toca y estoy convencido de que este grupo logrará el objetivo, que es ascender a la B Nacional", expresó.

Confianza
"Nico", noche tras noche, tiene un sueño recurrente que quiere hacerlo realidad al pie de la letra. "Sueño con volver en la etapa decisiva del torneo. Quiero aportar mi granito de arena para que San Martín logre el ascenso. Sería un alivio en medio de tantas malas. Ojalá se me dé", finalizó.

A pesar de los golpes, Triviño está entero. Quiere que la malaria culmine cuanto antes y de esa manera poder recuperar la alegría de una vez por todas.