"La propuesta oficialista para la obligatoriedad de los centros de estudiantes en todos las escuelas y colegios, forma parte de un paquete (junto al voto optativo a los 16 años, el supuesto apoyo del ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, a las tomas de escuelas, el financiamiento estatal a las actividades de La Cámpora, etcétera) con el que el gobierno busca encuadrar y poner bajo su control al movimiento estudiantil y a la juventud. La propuesta del oficialismo, a través de sus agentes en la Legislatura, no pretende ampliar la participación democrática, sino impedir la emergencia de organizaciones estudiantiles independientes y de sus luchas, que se producen cotidianamente y de manera creciente ante el derrumbe educativo generalizado que se padece en la educación secundaria. Los centros de estudiantes son necesarios, pero deben ser completamente autónomos de las autoridades educativas y gubernamentales y deben tener el derecho a dictar sus propios estatutos y formas de organización. Sólo así constituirán instancias genuinas de representación estudiantil y no correas de regimentación".
El cuidado de la autonomía