En nuestra comunidad, como en muchas otras, el ser del interior nos juega en contra. Decimos esto ya que por esa razón nuestras posibilidades de trabajo y particularmente de estudios son muy escasas. En Trancas sólo contamos con dos lugares para seguir estudiando después de la secundaria, un terciario en el colegio privado San Joaquín y el IES, un instituto de enseñanza superior del que se reciben técnicos superiores en agroindustrias de alimentos. Por ese motivo nos vemos en apuros quienes no queremos ser maestros porque nos tenemos que trasladar a San Miguel de Tucumán y muchas veces no tenemos los recursos económicos para ir hasta allá.
El precio del boleto es de $ 30 y si tenemos que viajar todos los días gastamos $ 150 y al mes se nos hacen $ 600, sin sumar los gastos en colectivos urbanos, más la comida y la cuota de la carrera que elegimos (entre $ 200 y $ 400). Además, si es que tenemos hermanos nos vemos obligados a multiplicar estos números. A esto le debemos agregar que la mayor fuente de trabajo es el municipal; con sueldos de alrededor de $ 800 mensuales. Todo esto hace que los padres no puedan darles la oportunidad a sus hijos de seguir estudiando. Además, no hay fuentes de trabajo para que nosotros, los jóvenes, podamos trabajar y ayudar a nuestros padres a solventar los gastos.
Vivimos en una sociedad absolutamente conformista. Los padres se tienen que contentar con que sus hijos tengan un trabajo y nada más. Los chicos, a su vez, deben permanecer en lugares donde no valoran sus esfuerzos y hasta posiblemente estén trabajando en negro. Esto es una lástima ya que, como dicen, nosotros somos el futuro de nuestro país. Si bien tenemos capacidades estamos limitados. Pero no por eso bajamos los brazos. Tenemos la esperanza de que algo puede mejorar y que vamos a salir adelante pese a estas limitaciones.
El precio del boleto es de $ 30 y si tenemos que viajar todos los días gastamos $ 150 y al mes se nos hacen $ 600, sin sumar los gastos en colectivos urbanos, más la comida y la cuota de la carrera que elegimos (entre $ 200 y $ 400). Además, si es que tenemos hermanos nos vemos obligados a multiplicar estos números. A esto le debemos agregar que la mayor fuente de trabajo es el municipal; con sueldos de alrededor de $ 800 mensuales. Todo esto hace que los padres no puedan darles la oportunidad a sus hijos de seguir estudiando. Además, no hay fuentes de trabajo para que nosotros, los jóvenes, podamos trabajar y ayudar a nuestros padres a solventar los gastos.
Vivimos en una sociedad absolutamente conformista. Los padres se tienen que contentar con que sus hijos tengan un trabajo y nada más. Los chicos, a su vez, deben permanecer en lugares donde no valoran sus esfuerzos y hasta posiblemente estén trabajando en negro. Esto es una lástima ya que, como dicen, nosotros somos el futuro de nuestro país. Si bien tenemos capacidades estamos limitados. Pero no por eso bajamos los brazos. Tenemos la esperanza de que algo puede mejorar y que vamos a salir adelante pese a estas limitaciones.