La vehemencia de la tormenta que castigó anoche a Tucumán, afectó a diversos puntos de la zona noreste, pero fueron los vecinos de El Cadillal los que más sufrieron las consecuencias del fenómeno. Voladuras de techos y decenas de árboles caídos fueron el saldo que registraron las autoridades de Defensa Civil provincial.
El director de la repartición, Fernando Torres, informó que en las inmediaciones del dique la tempestad se sintió especialmente por las características geográficas. "El frente de tormenta, que traía aire frío, confluyó en este lugar rodeado de cerros con el aire caliente que dejó elevada temperatura registrada durante el día. Esto provocó fuertes vientos", explicó.
Roxana Delgado, encargada de las aerosillas de El Cadillal, contó que la fuerza del viento causó severos daños en el complejo ubicado cerca del embalse de agua. "La fuerza de las ráfagas arrancó de raíz más de 15 árboles que cayeron en la zona donde funcionan las aerosillas. Una oficina quedó destruida", relató.
Además, la mujer afirmó que el puesto cercano al lugar donde se encuentra amarrado del catamarán también resultó dañado. "Muchos de los árboles que cayeron eran quebrachos. Pese a que tienen troncos muy fuertes, el viento logró tirarlos. Parecía un tornado", describió en diálogo con LA GACETA.
Por otro lado, Torres señaló que en las localidades de Villa Carmela, Las Talitas y Villa Mariano Moreno se registraron voladuras de techos y calles inundadas, donde el agua también ingresó a algunas viviendas. Problemas similares se registraron en algunos barrios del sur de la capital, como El Lapacho o Néstor Kirchner.
Alrededor de las 20.30 de ayer el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había declarado el alerta meteorológica para Tucumán, Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Jujuy y Salta. Media hora después la tormenta se desató sobre San Miguel de Tucumán y sus alrededores, y estuvo acompañada por granizo. El aguacero produjo un fuerte descenso de la temperatura, que había trepado a los 36°, con una sensación térmica superior en el centro de la capital tucumana. LA GACETA ©